jueves, octubre 12, 2006

 

Tabasco y AMLO

"Vamos a Tabasco que Tabasco es un edén".
Pepe del Rivero
 
 
Este domingo se llevarán a cabo unos nuevos comicios en el nutrido calendario electoral nacional. Ahora le toca el turno a Tabasco, la tierra de Andrés Manuel López Obrador.

Las encuestas muestran como posible vencedor a Andrés Granier, candidato del PRI. En la del Grupo REFORMA, que se levantó el 29 y el 30 de septiembre y se publicó 5 de octubre, el priista tiene una preferencia de 53 por ciento de los votantes probables, mientras que el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, César Raúl Ojeda, registra un 44 por ciento. Muy atrás se encuentra Juan Cáceres, del PAN, quien sólo logra un 3 por ciento de la intención del voto.

López Obrador ha hecho una apuesta importante en el resultado de esta elección. Desde hace semanas se ha dedicado completamente a hacer campaña a favor de Ojeda. Pero hasta este momento el esfuerzo no se ha visto reflejado en los resultados de los sondeos de opinión.

Esto no molesta a López Obrador, quien sigue mostrando desprecio a las encuestas cuando éstas no lo favorecen a él o a sus candidatos. "Ahora tienen la moda de hacer encuestas a modo", dijo hace unos días en Tabasco. Ya no se molesta siquiera en citar esas encuestas, aparentemente inexistentes, que le daban a él una ventaja por 10 puntos al cierre de la campaña presidencial.

La verdad es que las encuestas han sido razonables indicadores de los procesos electorales. Por lo menos previeron, tanto en la elección presidencial como en la de Chiapas, los cerrados resultados que finalmente se registraron. Si bien puede ser una adecuada táctica electoral el no reconocer la validez de las encuestas cuando uno va perdiendo, ningún político profesional se puede dar el lujo de no prestarles atención.

Las encuestas no siempre fueron negativas para Ojeda. Hace unos meses, antes de que López Obrador comenzara su campaña de cuestionamiento de las instituciones del País y bloqueara el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, Ojeda gozaba de una cómoda ventaja. De hecho, López Obrador ganó con amplitud la elección presidencial en Tabasco apenas el 2 de julio de este año. Si alguna duda cabía de que la estrategia de confrontación del perredista ha sido desastrosa para el PRD y sus aliados, las encuestas en Tabasco parecen subrayarlo.

A muchos votantes, incluso a grupos numerosos que sufragaron por López Obrador en la elección presidencial, no les ha parecido correcto que éste se haya negado a aceptar su derrota, que haya tomado y bloqueado durante semanas el centro de la Ciudad de México y que descalifique constantemente al Presidente de la República, a quien llama el "traidor a la democracia", y al Presidente electo, a quien se refiere como el "pelele".

No hay duda de que, si se ratifica el resultado que prevén las encuestas, López Obrador y sus aliados afirmarán que ha habido un enorme fraude y se lanzarán a una nueva campaña de descalificación del gobierno de Tabasco y de las autoridades electorales. Pero la estrategia puede seguir dando resultados negativos. No deja de ser paradójico, por otra parte, que la misma coalición Por el Bien de Todos que cuestiona con tanta fiereza los comicios que pierde, está defendiendo hasta con los dientes la estrecha victoria obtenida por su candidato Juan Sabines en Chiapas.

Razones para cuestionar la limpieza de la elección están ahí, por supuesto. La prueba más notable que se someterá a los tribunales electorales será el video en que el ex secretario de transporte del estado José del Carmen Domínguez le pide a un grupo de transportistas que apoyen a Granier a cambio de la renovación de sus concesiones. Las bicicletas que podrían haber sido utilizadas para comprar votos para el PRI son también un argumento, si bien habrá que demostrar que éstas realmente eran de ese partido y que se estaban usando para compra de votos. Pero como en el caso de la elección presidencial, habrá que demostrar si en realidad estas faltas son tan graves que obliguen a la anulación de la elección.

Cuando el caso Tabasco llegue al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, éste tendrá seis magistrados nuevos de un total de siete. Esto podría tener implicaciones importantes. Como las puede tener el hecho de que fue en la elección de Tabasco de hace seis años cuando el Tribunal Electoral estableció el precedente de la nulidad abstracta, que permitió declarar inválida la elección a pesar de que la ley no contemplaba causales de nulidad.

Hoy los criterios pueden cambiar con los nuevos magistrados. Y éstos sin duda recuerdan que hace seis años, después de que se anuló la elección de Tabasco, los electores volvieron a votar de la misma manera unos meses después. Al parecer los votantes no son tan fácilmente manipulables por los políticos como lo piensan los propios políticos.
 
 
¿Acuerdo?
Apenas el lunes por la noche, el Secretario de Gobernación, Carlos Abascal, anunció que había logrado un acuerdo con los líderes de la APPO y la Sección 22 del SNTE que supuestamente habría puesto fin al conflicto de Oaxaca. Pero hoy las cosas se ven mucho más complicadas. El Gobernador Ulises Ruiz se ha negado a ceder el control de la policía estatal, hubo disparos ayer al parecer de policías contra miembros de la APPO y las bases tanto de la APPO como de la Sección 22 del SNTE muestran resistencia a aceptar lo pactado por sus líderes. Habrá que ver si en los próximos días el acuerdo se consolida o se desmorona.

 
Sergio Sarmiento, El Norte, 12 de octubre 
sarmiento.jaquemate@gmail.com

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