sábado, septiembre 16, 2006

 

Entrevista / Carlos Fuentes / Pretenden llevar al siglo 19 al País

 
Escritor. Sugiere a AMLO encabezar movimiento para competir con Ebrard en 2012
Carlos Rubio, El Norte 

Corresponsal
 
MADRID.- Los extremistas en México quieren regresar al País al siglo 19 y volver a una lucha entre liberales y conservadores, y eso no puede ser, advirtió ayer el escritor Carlos Fuentes.

En las democracias de todo el mundo, agregó, los que pierden una elección, aunque sea por un margen pequeño, pueden enojarse, pero deben admitir el mandato popular.

"Un hombre como Silvio Berlusconi admitió la victoria por pequeñísimo margen de (Romano) Prodi. Angela Merkel ganó por un margen muy estrecho, y tiene que colaborar con los socialdemócratas. Así se vive en la democracia.

"Lo demás es una idea anticuada de regresar al siglo 19, como si no hubiera habido Revolución mexicana, y volver a establecer la lucha entre liberales y conservadores, que es lo que quieren los extremos en México. Eso no puede ser", dijo Fuentes en exclusiva a EL NORTE.

En esta lógica, el autor de "Tiempo mexicano" recomendó a Andrés Manuel López Obrador encabezar un movimiento popular dentro del PRD, no sólo para hacer una oposición seria al Presidente electo Felipe Calderón, sino para competir con Marcelo Ebrard en la candidatura por la Presidencia en 2012.

"Yo creo que quizá (debería) encabezar un movimiento popular dentro del PRD para tener una oposición seria al Presidente Calderón y para postularse como Presidente", dijo sobre los caminos abiertos a López Obrador.

"Quizá dentro de seis años, él puede ser el candidato del PRD en competencia con Marcelo Ebrard, que es el candidato natural aparte de Andrés Manuel", añadió.

 
 
Hay quienes, en México, consideraron una contradicción que usted afirme que no hubo fraude en las pasadas elecciones del 2 de julio, pero que respalde el voto por voto. ¿Es o no contradictoria esta posición?

No, porque una cosa es lo que dice el Tribunal Electoral, que es la máxima institución que tenemos para juzgar estas cosas, y si yo no me fío de la institución llamada Trife, entonces empiezo a dudar de todas las instituciones.

Nos costó mucho tiempo pasar de la decisión unipersonalista del Presidente de la República, que nombraba por dedo a su sucesor, a un sistema electoral confiable.

Una vez que lo tenemos, yo trato de confiar en las instituciones, porque si el tribunal electoral hubiese declarado vencedor de la elección a Andrés Manuel López Obrador, el Tribunal Electoral hubiera sido aplaudido por él.

Una de dos: o se confía en el instituto o no se confía en él. Lo que no se puede es tener las dos posiciones según nos convenga o no. Eso es lo que rechazo completamente. Todos deberían aceptar el resultado del Trife.

No está mandado por ley que haya un recuento ciudadano, pero puede existir para dar mayor confianza al resultado de la elección y a la legitimidad del Presidente electo.

 
 
¿Cuáles serían entonces los riesgos tanto para el País como para Felipe Calderón de no realizarse el recuento de votos?

No sé. Ahí estamos en el mundo de la conjetura. Yo deseo que se cumpla eso, y no sé qué va a pasar. Creo que Calderón ha pedido que no se quemen las boletas, con lo cual indica que puede haber un recuento ciudadano.

 
 
¿Qué riesgos enfrenta Felipe Calderón si no se distancia de Manuel Espino, como usted le recomendó? ¿Qué intereses representa Manuel Espino?

Es el ala de extrema derecha, católica, Yunque, que representa una parte muy oscura de la ideología política mexicana.

Sé que Calderón no pertenece a esa ala, es más bien un hombre de centro-derecha. Pero aunque perteneciera al Yunque, para poder gobernar va a tener que entenderse con la oposición en el Congreso.

En estos seis años no ha habido una negociación seria entre el Ejecutivo y el Legislativo. Esa es la primera obligación de Calderón: tener una in terlocución con el Congreso, a través de una persona destacada para tratar con el Congreso de México.

En segundo lugar, no cabe duda de que el gran mérito de López Obrador fue sacar a la luz toda una agenda pendiente en México, que es la agenda de un País dividido entre los ricos y los pobres.

Atender estas necesidades es la obligación de Felipe Calderón en los próximos seis años, a fin de ser leal a sí mismo y al proceso electoral y político que acabamos de vivir, a la voluntad que ha expresado la gente.

No se puede menospreciar esa agenda social; es indispensable cumplirla, porque como dice Carlos Slim, con pobreza no hay mercado.

 
 
¿Y si no se distancia Calderón de la ultraderecha?

Sería sumamente difícil, controvertido, y, más que reaccionario, un Gobierno de choque es imposible, porque hay un Congreso muy diversificado, y los estados tienen gobiernos diversificados.

De manera que no se puede hacer un gobierno monolítico, ni de izquierda ni de derecha en el México actual.

 
 
¿Qué les recomienda a Calderón y a AMLO para salir de la crisis política en la que está México?

Las actitudes del Presidente electo, visiblemente a favor de una apertura, de una colaboración con las fuerzas políticas y una clara agenda de renovación y de atención de los problemas pendientes de México. Tiene que ser muy claro Calderón en eso.

Y Andrés Manuel López Obrador tiene que ser muy claro en que respeta las instituciones que acaba de mandar al carajo. No se puede hacer eso.

Tiene que respetar las instituciones y, dentro de ellas, respetar a quienes representan al PRD en las instituciones.

 
 
Cuauhtémoc Cárdenas envió a Elena Poniatowska una carta en la que critica la cerrazón del PRD a escuchar a todo aquel que no concuerde con López Obrador. ¿Debió Cárdenas respaldar la candidatura de López Obrador a pesar de sus diferencias?

No. Yo creo que Cuauhtémoc siguió sus propias convicciones políticas. Es obvio que él no estaba muy de acuerdo con la manera en que se conducía la campaña de López Obrador. Pero todo es agua que pasó por el molino.

Hoy estamos ante una situación muy peculiar, muy interesante, en la que han tomado sus puestos los representantes, diputados y senadores del PRD en las Cámaras.

Si López Obrador dice: 'Al diablo con las instituciones', en primer lugar él contribuyó a crear las instituciones, el PRD creó las instituciones; las instituciones que tenemos son en gran medida obra de la resistencia y de la voluntad democrática del Partido de la Revolución Democrática.

No pueden ahora pedir que se vayan al diablo las instituciones.

 
 
 
Así lo dijo
 
 
"En estos seis años no ha habido una negociación seria entre el Ejecutivo y el Legislativo. Esa es la primera obligación de Calderón".

"(Andrés Manuel López Obrador) tiene que respetar las instituciones y, dentro de ellas, respetar a quienes representan al PRD en las instituciones".


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