lunes, agosto 07, 2006
Recuento parcial
"Se desestima la pretensión consistente de un nuevo escrutinio y cómputo".
Leonel Castillo
En realidad la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es altamente beneficiosa para Andrés Manuel López Obrador. La reapertura de todos los paquetes y el recuento de todos los votos casi seguramente habrían ratificado el resultado oficial de la elección del 2 de julio. En cambio, la apertura de 11 mil 839 paquetes electorales, procedentes de 149 distritos, especialmente de lugares en que Felipe Calderón obtuvo el triunfo, genera una importante oportunidad para que se modifique el resultado.
Los magistrados, sin embargo, están actuando estrictamente conforme a la ley. Ante una propuesta del magistrado presidente Leonel Castillo, acordaron por unanimidad rechazar el recuento de todos los votos, ya que determinaron que la elección del 2 de julio cumplió con el principio de certeza que establece el artículo 41 de la Constitución. Sólo el incumplimiento de ese principio habría podido justificar el recuento de todas las boletas en todos los paquetes electorales sin importar que no se cumplieran las condiciones que establece la ley.
Los magistrados sólo han ordenado la apertura de paquetes en casos en que la ley lo permite: cuando hay discrepancias significativas entre las actas, cuando hay alteraciones evidentes, cuando no hay acta en el paquete o cuando hay errores de cómputo en las actas. Los magistrados no podían ordenar la reapertura de todos los paquetes en su revisión caso por caso porque ni siquiera lo pidió la coalición Por el Bien de Todos en sus juicios. López Obrador no se puede dar por sorprendido de que los magistrados no le concedan lo que él ha pedido a gritos, pero no jurídicamente.
El número de paquetes que serán reabiertos, sin embargo, es bastante alto. Representa el 9.07 por ciento del total de las casillas instaladas en el País. Implicará un recuento de más de 3 millones de votos en una elección que se ha definido por 244 mil. No puede descartarse que este recuento modifique el resultado de la elección.
Lo que preocupa es que no se trata de una muestra representativa o siquiera aleatoria de las casillas. La mayoría de los paquetes que se reabrirán proceden de casillas ubicadas en estados donde Felipe Calderón triunfó de manera muy clara, como Baja California y Jalisco. Son muy pocos los paquetes, en cambio, que se abrirán en el Distrito Federal y ninguno en Tabasco, donde triunfó de manera abrumadora López Obrador. La razón es que la apertura es consecuencia de las denuncias presentadas por la coalición Por el Bien de Todos. La apertura de paquetes en que gana mayoritariamente Calderón es la mejor oportunidad que podría haber tenido el PRD de cambiar el rumbo de la elección.
Sin embargo, poco le importó a López Obrador que el fallo de los magistrados le haya resultado incluso más beneficioso de lo que él o sus abogados habían pedido. Este sábado pasado, unas horas después de que se dio a conocer la decisión, el candidato afirmó que ésta es "legalmente endeble" porque, según él, no son solamente 11 mil 839 casillas las que tienen errores aritméticos sino 72 mil. El candidato está anunciando, por lo tanto, que continuará sus acciones en contra de los ciudadanos del Distrito Federal y en particular que mantendrá el bloqueo sobre el Paseo de la Reforma, Juárez, Madero y otras calles. Además, seguramente sumará al Tribunal Electoral a las instituciones que supuestamente se han aliado en el complot en su contra.
Sólo hay dos posibles razones por las que López Obrador está rechazando públicamente una resolución que en realidad le es altamente favorable. Una es que no la entienda, pero es difícil creerlo a estas alturas del partido. La otra, mucho más inquietante, es que desde el principio él haya estado consciente de que ha perdido la elección, por lo que la exigencia del recuento voto por voto no era más que una excusa para cuestionar toda la elección. Eso explicaría por qué los perredistas no presentaron impugnaciones en todas las casillas. No querían realmente que los magistrados ordenaran el recuento voto por voto porque eso les habría quitado su bandera política.
López Obrador, por supuesto, aceptará la validez del recuento de los 11 mil 839 paquetes si, a base de modificaciones y anulaciones en casillas que ha ganado el PAN, se le da a él el triunfo. Pero como no es seguro que esto ocurra, ha optado por descalificar de antemano el recuento ordenado por el Tribunal Electoral.
Nos encontramos así ante un candidato que no está dispuesto a aceptar ningún fallo que no lo favorezca. López Obrador considera que sólo puede haber un resultado posible en una elección en la que él participe: un triunfo suyo. Cada vez es más claro que la sociedad mexicana no se está enfrentando a un candidato racional o a un demócrata, sino a un hombre profundamente autoritario para el cual obtener el poder es una ambición que supera cualquier otra consideración.
Sergio Sarmiento, El Norte
sarmiento.jaquemate@gmail.com
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¿Era (es) o no un peligro para Mexico? ¿Así o mas autoritario?
Leonel Castillo
En realidad la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es altamente beneficiosa para Andrés Manuel López Obrador. La reapertura de todos los paquetes y el recuento de todos los votos casi seguramente habrían ratificado el resultado oficial de la elección del 2 de julio. En cambio, la apertura de 11 mil 839 paquetes electorales, procedentes de 149 distritos, especialmente de lugares en que Felipe Calderón obtuvo el triunfo, genera una importante oportunidad para que se modifique el resultado.
Los magistrados, sin embargo, están actuando estrictamente conforme a la ley. Ante una propuesta del magistrado presidente Leonel Castillo, acordaron por unanimidad rechazar el recuento de todos los votos, ya que determinaron que la elección del 2 de julio cumplió con el principio de certeza que establece el artículo 41 de la Constitución. Sólo el incumplimiento de ese principio habría podido justificar el recuento de todas las boletas en todos los paquetes electorales sin importar que no se cumplieran las condiciones que establece la ley.
Los magistrados sólo han ordenado la apertura de paquetes en casos en que la ley lo permite: cuando hay discrepancias significativas entre las actas, cuando hay alteraciones evidentes, cuando no hay acta en el paquete o cuando hay errores de cómputo en las actas. Los magistrados no podían ordenar la reapertura de todos los paquetes en su revisión caso por caso porque ni siquiera lo pidió la coalición Por el Bien de Todos en sus juicios. López Obrador no se puede dar por sorprendido de que los magistrados no le concedan lo que él ha pedido a gritos, pero no jurídicamente.
El número de paquetes que serán reabiertos, sin embargo, es bastante alto. Representa el 9.07 por ciento del total de las casillas instaladas en el País. Implicará un recuento de más de 3 millones de votos en una elección que se ha definido por 244 mil. No puede descartarse que este recuento modifique el resultado de la elección.
Lo que preocupa es que no se trata de una muestra representativa o siquiera aleatoria de las casillas. La mayoría de los paquetes que se reabrirán proceden de casillas ubicadas en estados donde Felipe Calderón triunfó de manera muy clara, como Baja California y Jalisco. Son muy pocos los paquetes, en cambio, que se abrirán en el Distrito Federal y ninguno en Tabasco, donde triunfó de manera abrumadora López Obrador. La razón es que la apertura es consecuencia de las denuncias presentadas por la coalición Por el Bien de Todos. La apertura de paquetes en que gana mayoritariamente Calderón es la mejor oportunidad que podría haber tenido el PRD de cambiar el rumbo de la elección.
Sin embargo, poco le importó a López Obrador que el fallo de los magistrados le haya resultado incluso más beneficioso de lo que él o sus abogados habían pedido. Este sábado pasado, unas horas después de que se dio a conocer la decisión, el candidato afirmó que ésta es "legalmente endeble" porque, según él, no son solamente 11 mil 839 casillas las que tienen errores aritméticos sino 72 mil. El candidato está anunciando, por lo tanto, que continuará sus acciones en contra de los ciudadanos del Distrito Federal y en particular que mantendrá el bloqueo sobre el Paseo de la Reforma, Juárez, Madero y otras calles. Además, seguramente sumará al Tribunal Electoral a las instituciones que supuestamente se han aliado en el complot en su contra.
Sólo hay dos posibles razones por las que López Obrador está rechazando públicamente una resolución que en realidad le es altamente favorable. Una es que no la entienda, pero es difícil creerlo a estas alturas del partido. La otra, mucho más inquietante, es que desde el principio él haya estado consciente de que ha perdido la elección, por lo que la exigencia del recuento voto por voto no era más que una excusa para cuestionar toda la elección. Eso explicaría por qué los perredistas no presentaron impugnaciones en todas las casillas. No querían realmente que los magistrados ordenaran el recuento voto por voto porque eso les habría quitado su bandera política.
López Obrador, por supuesto, aceptará la validez del recuento de los 11 mil 839 paquetes si, a base de modificaciones y anulaciones en casillas que ha ganado el PAN, se le da a él el triunfo. Pero como no es seguro que esto ocurra, ha optado por descalificar de antemano el recuento ordenado por el Tribunal Electoral.
Nos encontramos así ante un candidato que no está dispuesto a aceptar ningún fallo que no lo favorezca. López Obrador considera que sólo puede haber un resultado posible en una elección en la que él participe: un triunfo suyo. Cada vez es más claro que la sociedad mexicana no se está enfrentando a un candidato racional o a un demócrata, sino a un hombre profundamente autoritario para el cual obtener el poder es una ambición que supera cualquier otra consideración.
Sergio Sarmiento, El Norte
sarmiento.jaquemate@gmail.com
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¿Era (es) o no un peligro para Mexico? ¿Así o mas autoritario?