lunes, octubre 23, 2023

 

Capturados

Paso a paso, decisión tras decisión, embate institucional tras embate institucional, AMLO va armando lo que quiere. Va diseñando lo que necesita: la captura del Estado para lograr una elección de Estado. Un proceso acumulativo y agresivo que entraña la total ausencia de autocontención o escrúpulos democráticos.

 

Es lo que hemos presenciado desde hace cinco años. Un partido político modelado sobre el PRI, renombrado como Morena, que busca consolidar su control sobre las instituciones públicas vía procesos legislativos marrulleros, propaganda omnipresente y corrupción acendrada.

 

Para ello, con frecuencia hay que violar la Constitución. Hay que persuadir o comprar o intimidar a la población para que apoye el secuestro de lo público y que a eso le llamen "desmantelar privilegios", "combatir la corrupción" y "gobernar en nombre del pueblo".

 

Cuando en realidad se trata de un asalto disfrazado de "transformación". Cuando la meta no es quitarle poder a las élites sino ser las nuevas élites. Cuando el objetivo no es acabar con privilegios sino acceder a ellos.

 

Ahora quienes llegan a Palacio Nacional en Suburbans blindadas son los lopezobradoristas. Quienes trasladan a sus familias en aviones militares son los morenistas. Para los adversarios se decreta la austeridad, pero para los amigos sigue prevaleciendo la fatuidad.

 

El doble rasero que retrata a los fideicomisos fiscalizados de la Suprema Corte como traición a la patria, pero exalta los fideicomisos opacos del Ejército como servicio a la patria. La doble moral que denunciaba al priismo hegemónico pero promueve el morenismo que lo mimetiza. Y como al partido al que tanto odió, y en el que luego se convirtió, Morena aspira a avasallar para quedarse.

 

Apropiándose de la burocracia civil, la regulación técnica de los órganos autónomos, los medios públicos y las instituciones diseñadas para ser independientes, ahora empujadas a ser subordinadas.

 

Hay que tomarlo todo, militarizarlo todo, morenizarlo todo o debilitarlo todo. Poblar con propagandistas o colonizar con mentes cautivas. El INE y el INAI. La Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Nacional de Búsqueda. El Ifetel y la Cofece. La Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos. El Poder Legislativo y el Poder Judicial. El Canal 11 y el Canal 22. El andamiaje institucional y las reglas de su funcionamiento. De cara al 2024, lo que se juega es crucial: la preservación de lo público o su expropiación partidista.

 

Ya somos una democracia en riesgo; ya estamos viviendo un vuelco para atrás. Y la vuelta en U será financiada por millones de pesos del partido-Gobierno, distribuidos a lo largo del País por operadores electorales, Gobernadores, Presidentes Municipales, funcionarios de la Secretaría del Bienestar, Siervos de la Nación, y el ejército que recorre México con chaleco guinda o uniforme militar.

 

Nuestro dinero en manos de un partido que se ha apropiado del Estado como si fuera suyo; como si no representara a un país plural con reglas consensadas que el oficialismo se dedica a violar. La regresión será comprada con publicidad oficial, y con propaganda virulenta, destinada a denostar a cualquiera que opine distinto.

 

Ya vemos la violación de las normas en la mañanera, con un Presidente que trata a la legislación electoral como si fuera papel de baño, y al INE como si fuera censor en vez de autoridad. Ya vemos la publicidad de los precandidatos de Morena, tapizando bardas y postes y pantallas. La construcción de #EsClaudia, como fueron edificados los electos por el dedo de oro: Echeverría y López Portillo y De la Madrid y Salinas.

 

Acompañado de la denigración sistemática de toda persona, partido, periódico o poder que se oponga al armazón de una elección de Estado. La arenga diaria contra cualquier tipo de oposición presentada como amenaza existencial a la 4T. Antier fue la Suprema Corte, ayer fue el Poder Judicial, mañana será la sociedad civil, pasado mañana será el INE.

 

Y ante ello, muchos empresarios -por miedo o interés- se plegarán, numerosos intelectuales se alinearán, facciones políticas de todo tipo se someterán. Nadie quiere perder contratos o columnas o programas de televisión. Nadie quiere ser el próximo investigado por la UIF o el SAT o la FGR.

 

Patronazgo mata convicciones. División mata oposiciones. Y una elección de Estado produciría un país capturado. Otra vez.

 

Denisse Dresser

 


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