domingo, septiembre 17, 2023

 

Del pasado

Del pasado

Las obras de AMLO son lo más distintivo de este sexenio... y ya huelen a viejo. Mientras que la mayoría de los países han acelerado la transición energética tras la invasión rusa a Ucrania, por lo cual la Agencia Internacional de la Energía ha pronosticado que antes del 2030 empezará a caer el consumo de petróleo, gas y carbón, nuestro Gobierno inaugura la refinería de Dos Bocas. Pura pantomima. Según la misma agencia, Dos Bocas estará funcionando hasta el 2025.

 

Si con el costo original de 8 mil millones de dólares era difícil recuperar lo invertido, será imposible ahora, cuando se estima que terminaremos pagando 20 mil millones. Pero no aprenden: en el programa de Morena para el siguiente sexenio está incluida otra refinería.

 

Refinar ha sido históricamente un mal negocio para Pemex. En lo que va de este sexenio Pemex Transformación Industrial lleva perdidos casi 800 mil millones de pesos. Esto equivale a nueve veces el presupuesto programado para el 2024 para todas las instituciones federales de educación superior. En lugar de usar el poder del Estado para construir un mejor futuro para todos, lo usan para acumular fierros.

 

Muy del pasado es también tener empresas públicas que pierden dinero. Solamente las de las Fuerzas Armadas pidieron recursos por casi 23 mil millones de pesos para poder operar el año entrante.

 

Así era antes. Durante los años alegres, con la deuda se cubrían las pérdidas. Luego, cuando llegó la crisis en los ochenta, se tuvo que recortar el gasto corriente del Gobierno y vender o liquidar muchas de estas empresas.

 

Estos subsidios se irán incrementando. Así ha pasado con el AIFA. En septiembre del 2022 su director, Isidoro Pastor, señaló: "[la rentabilidad] la tenemos proyectada para cuando cumplamos dos años, entre diciembre de 2023 y marzo de 2024". Sin embargo, para el 2024 se solicitó un apoyo casi 80 por ciento mayor que el de este año. Ni los militares hacen bien los cálculos.

 

También están todos los costos ocultos por tener empresas del Estado basadas en ocurrencias. El Gobierno parece haber optado por estrangular al aeropuerto Benito Juárez para ver si así los pasajeros se mudan al AIFA. Muchos no tendrán opción y con ello quizás se podrán pagar los gastos de operación de ese elefante blanco, pero a costa de abandonar aún más al agonizante aeropuerto capitalino, que con menos vuelos tendrá menos ingresos. Como éstos ya se usan para pagar los bonos por una obra en marcha en Texcoco que AMLO optó por enterrar, el Gobierno deberá transferirle recursos fiscales. Hoy México podría tener un aeropuerto de gran escala para el futuro, pero tenemos que sufrir el riesgo del colapso de un aeropuerto del pasado.

 

Muy del siglo XIX es el fuero para los militares, ahora presupuestal. Las Fuerzas Armadas no forman parte de la austeridad republicana, y el suyo es de los rubros que más suben. Se podría alegar que ahora tienen más responsabilidades. Habérselas dado es un error. Sus empresas son fácil fuente de corrupción, como se observa en Egipto, donde el Ejército tiene negocios farmacéuticos, de piscicultura, de comunicación, de construcción y financieros. ¿Cómo puede el Gobierno regular y los empresarios competir con un jugador que tiene activos económicos y el poder de las armas?

 

El fuero presupuestal del Ejército es generalizado. Mientras que la UNAM tendrá un aumento en términos reales de 0.9 por ciento para el 2024, similar al promedio de las instituciones de educación superior, la Universidad del Ejército y la Fuerza Área tendrá uno del 6.2. Hay prioridades. No es la gente. Mientras que en Estados Unidos se anuncian nuevas vacunas contra el Covid, basadas en las variantes que hoy más circulan, en México las vacunas anunciadas serán las del virus del pasado, rusas y cubanas. Quizás logren usar la mexicana, basada en el virus del pasado, pero que aún no está lista. Tiene bonito nombre: Patria.

 

Carlos Elizondo Mayer-Serra

 


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