viernes, mayo 08, 2020

 

El fiasco del siglo

La pandemia continúa su expansión con estelas de devastación.

 

Desde el inicio, los esfuerzos de las autoridades mexicanas, encabezados por Hugo López-Gatell, fueron tardíos e insuficientes.

 

La inacción y el discurso condescendiente revelan resignación ante un curso de acontecimientos que era predecible, no inevitable.

 

Las acciones de López-Gatell han sido incluso perjudiciales a la contención. La lista es larga, pero destacan tres: 1) la descalificación de medidas preventivas simples y efectivas como el uso de cubrebocas, 2) la desinformación sugiriendo que los portadores asintomáticos no contagian y 3) la insistencia en que las pruebas diagnósticas masivas no son útiles.

 

Las acciones pasaron de la insuficiencia a la negligencia. Tras 14 días de los primeros casos, López-Gatell declaró que sería "demasiado complicado" seguir rastreándolos.

 

Pasamos de la ilusión del control a la vigilancia centinela, modelo que arroja sólo cifras y estimaciones generales. Las autoridades convertidas en espectador. Reportan datos descriptivos que no llevan a decisiones informadas.

 

El 11 de abril, López-Gatell declaró: "No necesitamos cambiar la estrategia (...) la definimos en enero y es para toda la epidemia".

 

¿Tiene esa estrategia la intención de contener los contagios? La respuesta está en las declaraciones de López-Gatell.

 

· 16 de marzo, en aquel ignominioso ejercicio de estulticia científica: "La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio" fue más preocupante lo dicho antes: "casi sería mejor que padeciera coronavirus porque (...), como la mayoría de las personas, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune".

 

· 7 de marzo: "La estrategia que seguimos es de mitigación, no de contención. México (...) no tiene aspiración alguna de que el virus se va a detener".

 

Permitir que una proporción crítica de la población adquiera inmunidad para conferir protección al resto se conoce como "inmunidad de rebaño". El fenómeno se refiere a la vacunación, no a permitir que la gente enferme intencionalmente.

 

La Universidad Johns Hopkins señaló que para lograr inmunidad de rebaño efectiva contra el Covid-19, más del 70 por ciento de la población debe ser inmune. Sin vacuna, eso llevaría más de 18 meses.

 

El 23 de abril circuló una nota en la que López-Gatell estimaba que 125 mil mexicanos requerirían hospitalización y hasta 8 mil morirían. Resulta pavoroso que la persona al frente del control de la pandemia acepte la previsión de tantas muertes, pero además cabe señalar sus errores aritméticos.

 

Según estudios en The Lancet, 80 por ciento de los casos son asintomáticos/leves, 15 por ciento hospitalizados y 5 por ciento críticos. De los últimos, muere más del 80 por ciento. López-Gatell estimó 125 mil hospitalizados, eso significa 833 mil infectados, 42 mil críticos y 33 mil muertos o más.

 

Cifras ocultas y verdades a medias son graves, pero el error magno es otro: para que en México (población: 127 millones) se diera inmunidad de rebaño efectiva sin vacuna, tendrían que infectarse 88.9 millones de personas o más.

 

Habría por lo menos 13.3 millones de hospitalizados y 4.4 millones críticos (8 mil 231 al día durante 18 meses). Al menos 3.5 millones de personas morirían. El "Fiasco del Siglo" consiste en haber apostado a una estrategia que implicaría sacrificar a 3.5 millones de personas, pensando que sería el camino más fácil y menos costoso.

 

Vendrá la rendición de cuentas. La historia no es amable con científicos que en pro del "bien común" y faltando a la ética, han sacrificado vidas humanas. ¿Josef Mengele viene a la mente?

 

En México acumulamos 29 mil 616 casos y 2 mil 961 muertes hasta ayer jueves. El virus no desaparecerá espontáneamente. No existe vacuna ni tratamiento. Se deben implementar medidas enérgicas de contención, mediante pruebas diagnósticas masivas y rastreo de casos.

 

El precio de la vacilación de las autoridades es el sufrimiento de miles de mexicanos. Tienen la obligación de rectificar, para detener y resarcir el daño.

Laurie Ann Ximénez-Fyvie

La autora es Doctora en Ciencias Médicas con Especialización en Microbiología, egresada de la Universidad de Harvard. Jefa del Laboratorio de Genética Molecular. Facultad de Odontología, UNAM.


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