viernes, julio 13, 2018

 

Recortar gasto

"Una falta de realismo en la visión hoy cuesta credibilidad mañana". John C. Maxwell

Es muy positivo que Andrés Manuel López Obrador busque aumentar el gasto público sin elevar impuestos ni el déficit de gasto público.

 

Supongo que ésta es la razón principal por la que los mercados financieros se han mantenido estables a pesar del triunfo de un candidato que en un momento fue considerado un peligro para México.

 

Para lograr este objetivo, el nuevo Gobierno tendrá que encontrar ahorros importantes. ¿Hay dispendios que se pueden eliminar? Sin duda. Pero el esfuerzo no resultará fácil. Quizá dos terceras partes ya están comprometidas.

 

El gasto público total en 2018 está presupuestado en 5 billones 279 mil 667 millones de pesos. El 28 por ciento es gasto no programable, que no se puede modificar. En este monto se incluyen participaciones que el Gobierno federal debe entregar por ley a los Gobiernos de las entidades de la Federación, así como el servicio de la deuda pública.

 

La mayor parte del gasto programable, que asciende a 3.8 billones de pesos, también está etiquetado. Incluye los sueldos de los trabajadores del sector público, como maestros, médicos y enfermeras, y subsidios a diferentes grupos sociales, como los campesinos, que ningún político se atreve a recortar. López Obrador no ha prometido bajar este gasto, sino aumentarlo, con mayores subsidios.

 

Los recortes de gasto que ha prometido Andrés Manuel son llamativos, pero no hacen mella a unas propuestas que buscan incrementar el gasto público en alrededor de 500 mil millones de pesos.

 

Está ahí el caso de las pensiones de los ex Presidentes. Prometer recortarlas ha sido una de las más llamativas promesas de campaña de López Obrador, pero el ahorro es mínimo.

 

Su afirmación de que estos ex Presidentes tienen una pensión que no tiene ni Obama es falsa. Las pensiones de los ex Presidentes ascienden a 205 mil pesos mensuales antes de impuestos y no a los 5 millones mensuales que afirmó López Obrador.

 

El ahorro total de eliminar pensiones, incluso las que reciben las ex Primeras Damas, será de sólo 40 millones de pesos al año. Obama recibe una pensión de 207 mil dólares anuales, que si se erogaran en 12 pagos al año equivaldría a 17 mil 250 dólares mensuales; al tipo de cambio de ventanillas bancarias de ayer equivalen a 340 mil pesos.

 

Es cierto que los ex Presidentes mexicanos reciben apoyos para una oficina, un pequeño personal de apoyo y guardias, pero lo mismo ocurre con el ex Presidente Obama y con casi todos los ex jefes de Estado y de Gobierno en el mundo.

 

El Presidente Enrique Peña Nieto tiene un sueldo bruto de 209 mil pesos al mes. Descontando impuestos, esto se traduce en 142 mil pesos netos. López Obrador dice que lo recortaría a la mitad, por lo que recibiría un sueldo neto de 70 mil pesos mensuales.

 

Dice también que bajaría los sueldos de todos los altos funcionarios. Así tendríamos Secretarios con ingresos de quizá 60 mil pesos al mes y Subsecretarios con tal vez 50 mil. Esto no solamente haría difícil encontrar personas calificadas para muchos cargos, sino que haría que los altos funcionarios ganaran menos que mucho personal de base.

 

Lo peor de todo es que de nada serviría para llegar a la meta. Todos los sueldos de los altos funcionarios, de director de área a Presidente, apenas suman unos 5 mil millones de pesos al año.

 

Es muy loable que López Obrador busque reducir los gastos del Gobierno. Pero las formas en que ha señalado que lo logrará no convencen. Los ahorros que ha prometido son una fracción apenas del dinero que tiene que recortar.

 

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com


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