sábado, junio 16, 2018
Cero es nada
¿Cuál es la probabilidad de que Andrés nos lleve a la modernidad que nos urge? Cero. ¿Que encabece un Gobierno libre de corrupción? Cero. ¿Que su sola presencia cambie la mentalidad, la cultura, las actitudes de millones de mexicanos? Cero.
¿Por qué lo digo? Por la certeza de mis argumentos.
Andrés es una persona cerrada. Nunca ha practicado la apertura. La compleja realidad moderna lo rebasa. Posturas simplistas preceden su enconchamiento en los debates. Frente al reto corta la comunicación.
Andrés denuncia una "mafia del poder", pero no se mira en el espejo. Sus incondicionales reverencian su estilo dictatorial. Le perdonan todo, le alaban todo. Su fortaleza es el poder de la cargada.
Andrés desconoce el mundo moderno. No ha viajado. No habla inglés. ¿Qué libros lee?, me gustaría saber. Se pierde el 95 por ciento de la literatura que vale la pena leer. Dicen que lee historia de México. Por eso sueña con revivir el pasado. Su futuro no nos sirve.
Andrés no ha cambiado ni es agente de cambio. Gobernó el entonces DF hace 15 años sin transparencia alguna. No ha progresado, propone lo mismo, su lenguaje lo delata. Cambió el "cállate, chachalaca" por "serénense". Para él los críticos son personas exaltadas, inestables, peligrosas. Su "cambio" es la reversa acelerada.
Andrés carece de un plan de Gobierno sólido. Infestó de contradicciones el plan de "Poncho" Romo, y lo contaminó con muchas ideas tontas, por ejemplo la construcción de refinerías o el rechazo de la reforma educativa.
Andrés está rodeado de personajes nefastos. A la futura Secretaria de Gobernación que él alaba, una ex ministra de la Suprema Corte, se le achacan corruptelas hasta decir ya no. Cualquier abogado lo sabe, pero Andrés lo ignora. Agreguen al equipo a los Bartlett, los Monreal, la CNTE, Napo, la maestra Gordillo. ¿Con este álbum de estampitas ganará México? Es como apostar a que México quedará campeón en el Mundial de Rusia. Cero sobre cero.
Andrés dispondrá de una Constitución tentadoramente estatizadora. La "chance" de que Andrés resista la tentación es cero. Puedo apostar 10 a 1 que empezará con consultas públicas para todo... y de allí al desastre. Sumemos la rectoría del Estado, los planes nacionales, los tres sectores económicos y las mañas de quienes harán las consultas.
Andrés justificará cualquier decreto imaginable. No tiene que violar la Constitución, porque ésta es una masoquista que tiene 35 años deseosa de encontrarse con un estatista demagogo y populista perfecto encarnado por AMLO.
Andrés, de ganar, recibirá además un país con la Oposición desarmada. El PRI es un cadáver podrido y el PAN un templo en ruinas. Los demás partidos son hambrientas sanguijuelas que bailan a como les convenga. Las elecciones garantizan un Congreso fraccionado y, "en medio de la confusión", solamente un hombre se saldrá con la suya: el Presidente López.
Hago notar que estos co-factores se retroalimentan unos a otros y producen una loco-motora sin frenos (tipo nomenclatura). Por ejemplo, ante el declive de producción agrícola, aun los mayas, inventores del cero, aceleraron la construcción de pirámides (populismo). Familias enteras sufrieron muertes violentas.
Al interior del Gobierno resulta imposible derrotar a los fanáticos amafiados. Por eso digo y aseguro: cero posibilidad.
¿Qué puedo decir de los altos porcentajes de votantes en diversos segmentos que favorecen a Andrés? Que la crisis es grande. Que aun la educación de los universitarios es en realidad baja. Que el "poder celular" de los jóvenes produce contagios aberrantes: tanto "meme" los atonta.
O quizá los mexicanos somos apostadores irracionales. La gente no entiende la diferencia entre posible y probable. A todos ellos les digo: la probabilidad cero y los milagros no se llevan.
Ahora sí, hagan sus apuestas. Cero es nada.
Javier Livas Cantú