sábado, abril 06, 2013
Petróleo comprometido
Desde mediados de los años 30, México contaba con petróleo muy nuestro, muy enterrado, y sin una industria petrolera para explotarlo a cabalidad. La nacionalización del petróleo marcó un hito en la forma en que esta industria estaría vinculada a México, a su desarrollo y lamentablemente a su Gobierno.
Y digo lamentablemente porque desde mediados de los años 80 la realidad salió a flote. El petróleo no era de los mexicanos, sino del Gobierno de los mexicanos.
Así, el ingreso por las ventas y exportaciones petroleras fue creciendo de manera directa a su aportación a la Hacienda pública federal.
Por ejemplo, la aportación del crudo significaba en 1976 tan sólo el 5 por ciento del ingreso total hacendario; en 1982 ya representaba el 29 por ciento y hoy representa casi el 38 por ciento del ingreso federal total anual.
Sin embargo, esta cifra puede ser engañosa porque no es el balance neto de lo que Pemex le deja el Gobierno al final.
Y es que cada año el Gobierno federal le regresa a Pemex para su operación bajo el rubro del presupuesto de egresos en entidades de control directo más de 500 mil millones de pesos. Para el 2013 esta cifra está proyectada en 514 mil 669 millones de pesos contra los 787 mil 561 millones de pesos de ingresos por derechos a los hidrocarburos que le cobrará el Gobierno federal a esta paraestatal este año.
Así las cosas, Pemex realmente aporta 272 mil 892 millones de pesos a la Hacienda pública. Esto es solamente el 34 por ciento de lo que Pemex le entrega a la SHCP por derechos petroleros. Así, del 38 por ciento de los ingresos del Gobierno federal que dice representar Pemex, realmente es un 13 por ciento.
Pero aquí no termina este breve análisis. No podemos olvidar que Pemex exporta petróleo, pero también importa derivados del petróleo y mucho. El saldo del comercio exterior de esta empresa ha venido deteriorándose en las últimas décadas.
De acuerdo con los datos publicados por la Secretaría de Energía, Pemex y Banco de México, en 1980 México exportó 10 mil millones de dólares e importó tan sólo 240 millones. En 1990 Pemex siguió exportando la misma cantidad en dólares, pero importó 940 millones. Para el año 2000, Pemex vendió al extranjero 16 mil millones de dólares, pero importó 4 mil 200 millones.
El año pasado la paraestatal exportó petrolíferos por un valor de 51 mil 700 millones de dólares y tuvimos que importar del extranjero gasolina y derivados por un monto de casi 30 mil millones.
Este deterioro se debe en parte al incremento del consumo de combustibles en el mercado nacional. Pero mucho ha sido debido a la decisión de maximizar la explotación de crudo y dejar las inversiones de las refinerías en segundo plano.
Ha sido tan interesante esta estrategia, que en 1993 la compañía anglo-holandesa Shell le vendió el 50 por ciento de su refinería Deer Park a Pemex por mil millones de dólares. Esta refinería, ubicada en Houston, le refina a Pemex su propio crudo para hacer gasolinas y las regresa a México con el natural arbitraje. De hecho, de acuerdo con la información pública de Pemex, esta empresa cuenta con varias empresas bajo el nombre de Pemex International (PMI Holding), que operan en Estados Unidos.
Y, adivinó usted, operando desde Estados Unidos, el Grupo PMI no está sujeto a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ni a la Ley de Petróleos Mexicanos ni, en general, al régimen de planeación, presupuestación, contabilidad, transparencia, control, rendición de cuentas y fiscalización que regula a las empresas de participación estatal mayoritarias de la Administración Pública Federal.
No sólo cada vez nuestra empresa petrolera aporta menos al erario, sino que ahora somos los mexicanos quienes mediante el consumo de sus productos contribuimos cada vez más con el fisco.
De acuerdo al reporte de indicadores petroleros que está en la página de Pemex, esta empresa vendió 126 millones de litros de gasolinas al día en el 2012. Esto significa 46 mil millones de litros en un año, y en ventas significa más de 500 mil millones de pesos.
El IVA de esta venta, tan sólo por gasolinas, debió ser de 70 mil millones de pesos para la SHCP, lo que representa casi el 12 por ciento de todo el IVA que se recauda en un año.
Es necesario poner la realidad frente a nosotros y desmitificar que Pemex es el gran aportante de recursos públicos y que los mexicanos le debemos mucho. Es una empresa pública inexorablemente ligada al Gobierno, que se debe revisar a fondo para quitar lo que sobra y alinear nuevas inversiones para mejorar su desempeño.
Con el segundo sindicato más poderoso de Latinoamérica después del sindicato de maestros y todos los días pensando en cómo se apropian más y más de "su" Pemex, la empresa requiere una sacudida desde sus cimientos si de verdad queremos que deje de estar comprometida y minando sus posibilidades de desarrollarse más.
Vidal Garza Cantú
vidalgarza@yahoo.com
Y digo lamentablemente porque desde mediados de los años 80 la realidad salió a flote. El petróleo no era de los mexicanos, sino del Gobierno de los mexicanos.
Así, el ingreso por las ventas y exportaciones petroleras fue creciendo de manera directa a su aportación a la Hacienda pública federal.
Por ejemplo, la aportación del crudo significaba en 1976 tan sólo el 5 por ciento del ingreso total hacendario; en 1982 ya representaba el 29 por ciento y hoy representa casi el 38 por ciento del ingreso federal total anual.
Sin embargo, esta cifra puede ser engañosa porque no es el balance neto de lo que Pemex le deja el Gobierno al final.
Y es que cada año el Gobierno federal le regresa a Pemex para su operación bajo el rubro del presupuesto de egresos en entidades de control directo más de 500 mil millones de pesos. Para el 2013 esta cifra está proyectada en 514 mil 669 millones de pesos contra los 787 mil 561 millones de pesos de ingresos por derechos a los hidrocarburos que le cobrará el Gobierno federal a esta paraestatal este año.
Así las cosas, Pemex realmente aporta 272 mil 892 millones de pesos a la Hacienda pública. Esto es solamente el 34 por ciento de lo que Pemex le entrega a la SHCP por derechos petroleros. Así, del 38 por ciento de los ingresos del Gobierno federal que dice representar Pemex, realmente es un 13 por ciento.
Pero aquí no termina este breve análisis. No podemos olvidar que Pemex exporta petróleo, pero también importa derivados del petróleo y mucho. El saldo del comercio exterior de esta empresa ha venido deteriorándose en las últimas décadas.
De acuerdo con los datos publicados por la Secretaría de Energía, Pemex y Banco de México, en 1980 México exportó 10 mil millones de dólares e importó tan sólo 240 millones. En 1990 Pemex siguió exportando la misma cantidad en dólares, pero importó 940 millones. Para el año 2000, Pemex vendió al extranjero 16 mil millones de dólares, pero importó 4 mil 200 millones.
El año pasado la paraestatal exportó petrolíferos por un valor de 51 mil 700 millones de dólares y tuvimos que importar del extranjero gasolina y derivados por un monto de casi 30 mil millones.
Este deterioro se debe en parte al incremento del consumo de combustibles en el mercado nacional. Pero mucho ha sido debido a la decisión de maximizar la explotación de crudo y dejar las inversiones de las refinerías en segundo plano.
Ha sido tan interesante esta estrategia, que en 1993 la compañía anglo-holandesa Shell le vendió el 50 por ciento de su refinería Deer Park a Pemex por mil millones de dólares. Esta refinería, ubicada en Houston, le refina a Pemex su propio crudo para hacer gasolinas y las regresa a México con el natural arbitraje. De hecho, de acuerdo con la información pública de Pemex, esta empresa cuenta con varias empresas bajo el nombre de Pemex International (PMI Holding), que operan en Estados Unidos.
Y, adivinó usted, operando desde Estados Unidos, el Grupo PMI no está sujeto a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ni a la Ley de Petróleos Mexicanos ni, en general, al régimen de planeación, presupuestación, contabilidad, transparencia, control, rendición de cuentas y fiscalización que regula a las empresas de participación estatal mayoritarias de la Administración Pública Federal.
No sólo cada vez nuestra empresa petrolera aporta menos al erario, sino que ahora somos los mexicanos quienes mediante el consumo de sus productos contribuimos cada vez más con el fisco.
De acuerdo al reporte de indicadores petroleros que está en la página de Pemex, esta empresa vendió 126 millones de litros de gasolinas al día en el 2012. Esto significa 46 mil millones de litros en un año, y en ventas significa más de 500 mil millones de pesos.
El IVA de esta venta, tan sólo por gasolinas, debió ser de 70 mil millones de pesos para la SHCP, lo que representa casi el 12 por ciento de todo el IVA que se recauda en un año.
Es necesario poner la realidad frente a nosotros y desmitificar que Pemex es el gran aportante de recursos públicos y que los mexicanos le debemos mucho. Es una empresa pública inexorablemente ligada al Gobierno, que se debe revisar a fondo para quitar lo que sobra y alinear nuevas inversiones para mejorar su desempeño.
Con el segundo sindicato más poderoso de Latinoamérica después del sindicato de maestros y todos los días pensando en cómo se apropian más y más de "su" Pemex, la empresa requiere una sacudida desde sus cimientos si de verdad queremos que deje de estar comprometida y minando sus posibilidades de desarrollarse más.
Vidal Garza Cantú
vidalgarza@yahoo.com