sábado, agosto 11, 2012
Compra devotos
No entiendo qué quiere Andrés Manuel López Obrador con su impugnación de la elección. A menos que se trate de comprar devotos. A AMLO le encanta que lo sigan y le den por su lado. Devotos son los seguidores que lo han mantenido políticamente vivo, le han financiado sus giras por todo México, a pesar de lo obsoleto de sus posturas.
La impugnación de AMLO ante el Trife llega sin vida. Es imposible de los imposibles que el Trife vaya a anular la elección. Tres millones de votos son demasiados votos y como ya expresé anteriormente, al Trife no le interesa la justicia, sino una supuesta "legalidad" cuya violación es imposible de probar.
AMLO vive en otro mundo. Justamente hace unos días, Ricardo Monreal mencionaba en una entrevista con Carlos Marín por Milenio Radio que tanto él como AMLO veneran a los héroes de la época juarista. Yo pregunto, ¿qué diantres tiene que ver el México de hace siglo y medio con el México de hoy? Absolutamente nada.
En el mundo de AMLO, él cree que los magistrados del Trife pudieran anular la elección si él logra convencerlos de que "la Constitución" ha sido violada por la forma en que se condujeron las elecciones.
Tanto AMLO como Monreal deberían tomar en cuenta que el Trife no está allí para hacerles justicia, sino precisamente para impedir que fuerzas tan absolutamente retrógradas accedan a la Presidencia de la República. El Trife es incapaz de dictar una sentencia en contra del PRI, pero estaría perfectamente dispuesto a hacerlo si Andrés Manuel López Obrador hubiera sido el vencedor.
Andrés es como el tipo que se invita solo a una fiesta y luego se queja de que lo ignoran los anfitriones y los demás que sí fueron invitados. Sus ideas simplemente no encajan en la época actual, pero él no se guía por criterios de cierta objetividad, sino por la forma en que él interpreta de la gente que va a sus mítines y aguanta sus discursos bajo la lluvia.
Pero a AMLO no hay manera de convencerlo de que no es bienvenido. Él está convencido, basado en su propia noción de honestidad personal, que él es la solución para el País. Y la realidad es que su presencia en las elecciones, aunque ya no se pueda decir eso en la publicidad de los partidos, es que sigue siendo "un peligro" para México en la mente de muchos electores que prefieren al PRI con todas sus fallas y defectos que poner al País en sus manos.
Creo que la mejor manera de convencer a AMLO de que no tiene oportunidad alguna de que su impugnación prospere es hacer la siguiente pregunta: ¿con la legislación actual, pueden los magistrados del Trife declarar la nulidad? La respuesta es claro que sí, pero precisamente porque lo pueden hacer, es que no lo harán.
La idea de Andrés de que su impugnación está sustentada es falaciosa. La sentencia no tiene nada que ver con pruebas o evidencias de compra de votos. El Trife es una instancia de poder, no de justicia. El Trife, siendo la última instancia en materia electoral, tiene todo el poder para dictar la sentencia que quiera, pero no lo va a hacer porque los magistrados no son libres. Trabajan para un sistema y esto es algo que Andrés simplemente no alcanza a comprender.
La idea de que un voto se puede "comprar" es ilusoria. Allí empieza la falacia de AMLO y su impugnación. El voto no es algo que esté en el mercado ni es algo que se pueda "comprar" en el sentido de un acto de comercio. Podrán influirlo indebidamente, pero mientras se hable de comprar votos, se meten al terreno metafísico pues no hay manera de probar, jurídicamente hablando, que un voto ha sido "comprado". A nadie le agarraron la mano en la mesa de votación. De hecho AMLO decía acepten el dinero, pero voten por mí. Allí se autodestruyó de nuevo, sin darse cuenta.
Andrés debería reconocer que perdió para poder concentrarnos en hacer lo mucho que hay pendiente y no estar en este limbo ficticio que distrae la atención de lo importante por resolver. Mientras esto escribo, Apatzingan, Michoacán, está en llamas. A eso me refiero.
AMLO toma posturas para dar falsas esperanzas a sus devotos seguidores. Hace seis años él solito se equivocó y perdió. Ahora con mayor razón, pero no se da cuenta dónde está parado. Ése es el problema.
Javier Livas
javierlivas@mac.com
La impugnación de AMLO ante el Trife llega sin vida. Es imposible de los imposibles que el Trife vaya a anular la elección. Tres millones de votos son demasiados votos y como ya expresé anteriormente, al Trife no le interesa la justicia, sino una supuesta "legalidad" cuya violación es imposible de probar.
AMLO vive en otro mundo. Justamente hace unos días, Ricardo Monreal mencionaba en una entrevista con Carlos Marín por Milenio Radio que tanto él como AMLO veneran a los héroes de la época juarista. Yo pregunto, ¿qué diantres tiene que ver el México de hace siglo y medio con el México de hoy? Absolutamente nada.
En el mundo de AMLO, él cree que los magistrados del Trife pudieran anular la elección si él logra convencerlos de que "la Constitución" ha sido violada por la forma en que se condujeron las elecciones.
Tanto AMLO como Monreal deberían tomar en cuenta que el Trife no está allí para hacerles justicia, sino precisamente para impedir que fuerzas tan absolutamente retrógradas accedan a la Presidencia de la República. El Trife es incapaz de dictar una sentencia en contra del PRI, pero estaría perfectamente dispuesto a hacerlo si Andrés Manuel López Obrador hubiera sido el vencedor.
Andrés es como el tipo que se invita solo a una fiesta y luego se queja de que lo ignoran los anfitriones y los demás que sí fueron invitados. Sus ideas simplemente no encajan en la época actual, pero él no se guía por criterios de cierta objetividad, sino por la forma en que él interpreta de la gente que va a sus mítines y aguanta sus discursos bajo la lluvia.
Pero a AMLO no hay manera de convencerlo de que no es bienvenido. Él está convencido, basado en su propia noción de honestidad personal, que él es la solución para el País. Y la realidad es que su presencia en las elecciones, aunque ya no se pueda decir eso en la publicidad de los partidos, es que sigue siendo "un peligro" para México en la mente de muchos electores que prefieren al PRI con todas sus fallas y defectos que poner al País en sus manos.
Creo que la mejor manera de convencer a AMLO de que no tiene oportunidad alguna de que su impugnación prospere es hacer la siguiente pregunta: ¿con la legislación actual, pueden los magistrados del Trife declarar la nulidad? La respuesta es claro que sí, pero precisamente porque lo pueden hacer, es que no lo harán.
La idea de Andrés de que su impugnación está sustentada es falaciosa. La sentencia no tiene nada que ver con pruebas o evidencias de compra de votos. El Trife es una instancia de poder, no de justicia. El Trife, siendo la última instancia en materia electoral, tiene todo el poder para dictar la sentencia que quiera, pero no lo va a hacer porque los magistrados no son libres. Trabajan para un sistema y esto es algo que Andrés simplemente no alcanza a comprender.
La idea de que un voto se puede "comprar" es ilusoria. Allí empieza la falacia de AMLO y su impugnación. El voto no es algo que esté en el mercado ni es algo que se pueda "comprar" en el sentido de un acto de comercio. Podrán influirlo indebidamente, pero mientras se hable de comprar votos, se meten al terreno metafísico pues no hay manera de probar, jurídicamente hablando, que un voto ha sido "comprado". A nadie le agarraron la mano en la mesa de votación. De hecho AMLO decía acepten el dinero, pero voten por mí. Allí se autodestruyó de nuevo, sin darse cuenta.
Andrés debería reconocer que perdió para poder concentrarnos en hacer lo mucho que hay pendiente y no estar en este limbo ficticio que distrae la atención de lo importante por resolver. Mientras esto escribo, Apatzingan, Michoacán, está en llamas. A eso me refiero.
AMLO toma posturas para dar falsas esperanzas a sus devotos seguidores. Hace seis años él solito se equivocó y perdió. Ahora con mayor razón, pero no se da cuenta dónde está parado. Ése es el problema.
Javier Livas
javierlivas@mac.com
++++++++++++++++++++
A los argumentos de Javier Livas yo agregaría el hecho de que todos los partidos repartieron dádivas, en dinero o especie, para intentar comprar voluntades. AMLO y sus partidos (PRD-PT-MC) no tienen autoridad moral para pedir la anulación de la elección afirmando que EPN ganó con más de 3 millones de votos de diferencia que fueron voluntades compradas cuando ellos también lo hicieron. ¿Acaso prometer bajar el costo de la luz y gasolinas no es comprar voluntades? ¿Prometer regresarle LyFC al SME no es comprar el voto en base a una promesa de trabajo? Y vaya que también repartieron despensas, gorras, lonches, camisetas, y dinero en efectivo. Hipócritas.
Comments:
<< Home
Siendo sincero yo vote por AMLO, pensaba que esta vez si podría ganar y comenzar un cambio, no tanto para mi, si no para muchas personas que de verdad están en situaciones difíciles.
Ahora veo las cosas diferentes, no creo que sea hipócrita, pero si creo que no tiene madera para presidente. Yo si creo que en 2006 gano y en estas elecciones tuvo desventajas, pero como sea, no pudo o mejor dicho, no supo como actuar, y esto lo vuelve un personaje irrelevante, con buenas intenciones, pero que no pasa de ahí. Ojala continué con Morena, pero que se olvide de la política.
Saludos, me agrada tu blog.
Ahora veo las cosas diferentes, no creo que sea hipócrita, pero si creo que no tiene madera para presidente. Yo si creo que en 2006 gano y en estas elecciones tuvo desventajas, pero como sea, no pudo o mejor dicho, no supo como actuar, y esto lo vuelve un personaje irrelevante, con buenas intenciones, pero que no pasa de ahí. Ojala continué con Morena, pero que se olvide de la política.
Saludos, me agrada tu blog.
Siendo honestos, AMLO tiene más argumentos ahora en el 2012 que los que tuvo en el 2006 aunque ahora la diferencia sea mucho mayor.
En el 2006, al igual que ahora, AMLO cambió la versión del fraude "n" veces. Empezó con el PREP, le siguió con el fraude a la antigüita en las urnas renegando de todos sus representantes de casilla, y le siguió con cuentos inverosímiles.
Ahora si hay evidencia del rebase de tope de campaña de EPN y compra de voluntades. Pero nada de eso anula la elección, como él pide.
AMLO es un loco que solo ha causado mucho daño al país. Que se vaya a su rancho de una vez.
Publicar un comentario
En el 2006, al igual que ahora, AMLO cambió la versión del fraude "n" veces. Empezó con el PREP, le siguió con el fraude a la antigüita en las urnas renegando de todos sus representantes de casilla, y le siguió con cuentos inverosímiles.
Ahora si hay evidencia del rebase de tope de campaña de EPN y compra de voluntades. Pero nada de eso anula la elección, como él pide.
AMLO es un loco que solo ha causado mucho daño al país. Que se vaya a su rancho de una vez.
<< Home