jueves, enero 06, 2011
'Vamos a seguir igual, mientras nos den' (administración de la pobreza)
Los dirigentes tuvieron que improvisar al comprar alimentos a los vendedores ambulantes
Leslie Gómez, El Norte
Leslie Gómez, El Norte
Ciudad de México (6 enero 2011).- Martha Velázquez y su papá José, viajaron nueve horas desde la comunidad de Roque en Celaya, Guanajuato, para acudir a la toma de protesta de Gerardo Sánchez como nuevo presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
A cambio, la central priista les regaló un hot dog y un paseo a la Basílica de Guadalupe.
Después que varios campesinos se quejaron porque no habían desayunado, comisarios ejidales de distintos estados compraron a cuatro vendedores de hot dogs todo el producto que tenían en sus puestos para repartirlos a los "invitados".
Como no alcanzó, también pagaron los 100 tamales de tres carritos, junto con sus tres ollas de atole.
"Nada más uno por persona", gritaba un hombre gordo que lucía en el brazo izquierdo una cinta con la leyenda CNC-DF, mientras los campesinos formaban filas entre empujones para obtener uno hot dog o un tamal.
Los campesinos no pudieron ocultar lo precario de su situación. Las chamarras raídas, las camisas rotas y los guaraches contrastaron con los relojes, anillos, cadenas, chaquetas de piel y trajes que presumieron los dirigentes campesinos y sindicales, legisladores, gobernadores y ex líderes priistas invitados a la toma de protesta.
Mientras adentro, en el Auditorio Nacional, los dirigentes cenecistas advertían sobre la necesidad de una reforma al campo para superar la pobreza, afuera don Flavio, proveniente de Hidalgo, reconoció que les prometieron 100 pesos por el viaje, dinero que, dijo, le servirá para él, sus seis hijos y su esposa.
"Nosotros no tenemos nada, ya nada más con que nos cumplan con lo que prometieron, ya con eso, porque ya sabemos que vamos a seguir igual", dijo el campesino de 69 años.
A diferencia de los políticos que lucieron sus camionetas de lujo --Honda, Mercedes Benz, Suburban, Chrysler--, a algunos campesinos ni siquiera les tocó asiento en los autobuses que los transportaron de diversos estados y que arribaron al auditorio desde las 7:00 horas.
Martha Velázquez, que convenció a toda su familia de acudir, contó que en el camión que les tocó varias personas viajaron de pie durante las nueve horas.
Otra de las razones que la hizo acudir, dijo, fue la de entregarle una carta a Gerardo Sánchez, para que la ayude a construir el techo de su casa.
"Venimos a la Villa a ver si cumplen su promesa y también a pedirles que me ayuden a construir el techo, que el de lámina que tenemos ya se cayó dos veces... espero que no haya tirado mi carta que le entregué", agregó.
Como ella, otros también hicieron peticiones a sus dirigentes en espera de que el viaje les ayude a obtener recursos.
Mientras esperaba la fila para que le repartieran un paquete de pollo frito, Simón Antelmo, de Veracruz, aseguró que los dirigentes olvidan sus promesas.
"Ya sabemos que dicen cosas y luego ya ni visitan las comunidades, pero mientras con lo que nos den para que nos ayudemos", dijo.
A cambio, la central priista les regaló un hot dog y un paseo a la Basílica de Guadalupe.
Después que varios campesinos se quejaron porque no habían desayunado, comisarios ejidales de distintos estados compraron a cuatro vendedores de hot dogs todo el producto que tenían en sus puestos para repartirlos a los "invitados".
Como no alcanzó, también pagaron los 100 tamales de tres carritos, junto con sus tres ollas de atole.
"Nada más uno por persona", gritaba un hombre gordo que lucía en el brazo izquierdo una cinta con la leyenda CNC-DF, mientras los campesinos formaban filas entre empujones para obtener uno hot dog o un tamal.
Los campesinos no pudieron ocultar lo precario de su situación. Las chamarras raídas, las camisas rotas y los guaraches contrastaron con los relojes, anillos, cadenas, chaquetas de piel y trajes que presumieron los dirigentes campesinos y sindicales, legisladores, gobernadores y ex líderes priistas invitados a la toma de protesta.
Mientras adentro, en el Auditorio Nacional, los dirigentes cenecistas advertían sobre la necesidad de una reforma al campo para superar la pobreza, afuera don Flavio, proveniente de Hidalgo, reconoció que les prometieron 100 pesos por el viaje, dinero que, dijo, le servirá para él, sus seis hijos y su esposa.
"Nosotros no tenemos nada, ya nada más con que nos cumplan con lo que prometieron, ya con eso, porque ya sabemos que vamos a seguir igual", dijo el campesino de 69 años.
A diferencia de los políticos que lucieron sus camionetas de lujo --Honda, Mercedes Benz, Suburban, Chrysler--, a algunos campesinos ni siquiera les tocó asiento en los autobuses que los transportaron de diversos estados y que arribaron al auditorio desde las 7:00 horas.
Martha Velázquez, que convenció a toda su familia de acudir, contó que en el camión que les tocó varias personas viajaron de pie durante las nueve horas.
Otra de las razones que la hizo acudir, dijo, fue la de entregarle una carta a Gerardo Sánchez, para que la ayude a construir el techo de su casa.
"Venimos a la Villa a ver si cumplen su promesa y también a pedirles que me ayuden a construir el techo, que el de lámina que tenemos ya se cayó dos veces... espero que no haya tirado mi carta que le entregué", agregó.
Como ella, otros también hicieron peticiones a sus dirigentes en espera de que el viaje les ayude a obtener recursos.
Mientras esperaba la fila para que le repartieran un paquete de pollo frito, Simón Antelmo, de Veracruz, aseguró que los dirigentes olvidan sus promesas.
"Ya sabemos que dicen cosas y luego ya ni visitan las comunidades, pero mientras con lo que nos den para que nos ayudemos", dijo.
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Lo descrito en la nota anterior es lo que el PRI ha hecho por décadas: administrar la pobreza. A ellos no les interesa resolver los problemas del país, de quererlo lo hubieran hecho hace mucho. No, lo que les interesa es el poder para seguir pegados a la ubre del Erario. Por eso administran la pobreza, con populismo, dádivas, para que la gente pobre siga votando por ellos esperanzada con migajas. Por eso tampoco les interesa corregir el problema educativo, porque de la ignorancia se aprovechan para seguir administrando la pobreza.
Y ya vienen de regreso, y no habrá reforma fiscal, ni laboral, ni energética, ni ninguna de las que son urgentes para que México se desarrolle.
De nosotros depende. ¿Vas a hacer algo al respecto?
Dany Portales