jueves, marzo 04, 2010
Neoliberal tu madre
Si el país no crece, es seguramente culpa del neoliberalismo. Nada peor que ser etiquetado así. Cualquier reforma que afecte a algún grupo bien organizado es neoliberal. Hasta Carlos Salinas lo usa para culpar a Zedillo del rescate bancario. Ya sólo falta oírlo como insulto en la calle por un incidente de tráfico.
La prensa, sin embargo, está llena de calificativos positivos para Chile y sobre todo Brasil que representan la izquierda moderna. El modelo a seguir ya no es Chávez y su socialismo, como lo fue cuando tomó el poder en 1999. En sus 11 años de gobernar Venezuela ya la hundió en una crisis similar a la de México en 1982.
En Chile y Brasil hay una activa política social, aunque parecida a la mexicana. En donde se distinguen es en ser más pro mercado que nuestra derecha, sobre todo en Chile. Brasil sigue estando sobrerregulado en muchos ámbitos. Si más pro mercado es más neoliberal, son más neoliberales que nosotros.
Veamos el principal factor de producción, el trabajo. El sueño de un neoliberal sería que no existiera restricción alguna al despido de trabajadores. En un texto reciente publicado por James J. Heckman de la Universidad de Chicago y sus coautores, intitulado "Policies to Promote Growth and Economic Efficiency in Mexico", se muestra que nuestro mercado laboral está más regulado que el de Chile y el de Brasil. En América Latina se regula más el mercado de trabajo que en el resto del mundo. Los más flexibles son los países desarrollados angloparlantes, seguidos del Sudeste de Asia.
En el mercado de la tierra en un país neoliberal todo está a la venta. Prácticamente así es en Chile y Brasil. En México casi la mitad del territorio sigue bajo el régimen ejidal o comunal, con enormes restricciones para vender. Si Brasil es más eficiente en el campo, es porque pueden acumular grandes extensiones sin problemas legales y tiene empresas con buenas economías de escala. Un caso extremo de ineficiencia en México es la industria de la caña de azúcar, una de las más reguladas del mundo. Cuando se firmó el TLC se pensaba que podríamos ser grandes exportadores de azúcar, por ello en Estados Unidos nos pusieron trabas a la apertura de ese mercado. Ahora que ya se abrió es más barato producir en Estados Unidos. Mucho más lo es en Brasil.
En el mercado de la energía las restricciones en México para la inversión privada son casi totales. En Chile y Brasil hay inversión privada sin restricciones en la producción y distribución de electricidad. En petróleo, Petrobras compite con otras empresas y cotiza en Bolsa.
En un país neoliberal es fácil hacer valer un contrato. El acreedor demanda cuando le dejan de pagar. Según la escala en el texto de Heckman, entre los países donde es más fácil cobrar un crédito se encuentran Estados Unidos y China, el cuarto más difícil es México. Chile y Brasil se encuentran mejor situados que nosotros.
En un país neoliberal hay mucha competencia en todos los mercados y, cuando esto no sucede, hay una autoridad capaz de sancionar a quienes se coluden en contra del consumidor. En México hay poca competencia en muchos mercados. Una razón de esto es que la Comisión Federal de Competencia tiene pocos dientes, muchos menos que la brasileña, como se hizo evidente en el Foro sobre Competencia Económica de la semana pasada. No hay espacio para seguir con los ejemplos.
Llamar a México neoliberal es utilizar el término sólo como insulto. ¿Por qué ha sido tan exitoso como epíteto? En parte porque nuestro gobierno es débil. No por ser neoliberal, sino por el peso de la simulación burocrática, la corrupción y otras patologías. Antes de la democracia el poder del Presidente disciplinaba. Ya no. Se necesita más mercado, pero también más Estado que discipline a nuestros monopolios privados.
También ha sido exitoso como epíteto por los altos costos de la crisis del 94-95. La administración de Salinas prometió crecimiento y estabilidad a cambio de las primeras reformas, el resultado fue una crisis horrible y el Fobaproa. Grupos bien organizados que se benefician con la falta de competencia han también logrado imponer el adjetivo neoliberal a los cambios que les afectan, como una justificación más para poder seguir abusando de todos nosotros. Eso sí es un insulto.
Carlos Elizondo Mayer-Serra
elizondoms@yahoo.com
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¿Ya sabes quiénes son los que en México se oponen a la reforma laboral que haría más flexible el mercado del trabajo, incentivando inversiones, y generando más empleos, además de acabar con las huelgas locas, eternas, y sindicatos corruptos? ¿Sabes quiénes son los que se oponen a una reforma fiscal integral que incentivaría inversiones productivas, las que generan riqueza y empleos? ¿Sabes quiénes se oponen a una reforma energética que permitiría inversión privada, y claro, libre competencia, en ese sector abarantando los costos de la luz y gasolina, además de mejorar calidad y servicio? ¿Y sabes quiénes se oponen a una reforma política que le daría más poder al ciudadano, con candidaturas independientes, reelección como forma de premio o castigo a políticos, referendums y plebiscitos, entre otras cosas? ¿Quiénes son los más conservadores porque se niegan a hacer los cambios que éste país requiere para que seamos una potencia? ¿Quiénes son los que quieren mantener el status quo porque les permite administrar la pobreza y seguir enriqueciéndose con el Erario?
¿Tienes el valor o te vale? ¿En serio te vale lo que está pasando y permites que no suceda ningún cambio?
Medítalo.
Dany Portales (un liberal que busca el bien de México).