miércoles, septiembre 05, 2012

 

Votos por dinero

"Solamente lo barato se compra con dinero". Popular

¿Realmente piensas que no se compraron votos en la elección del 1 de julio?

No, para nada. Creo que sí hubo compra de votos, como en todas las elecciones que recuerdo. He escuchado acusaciones en contra de los tres principales partidos, pero no veo forma de comprobarlas. En un sistema de sufragio secreto -como decía Arturo Núñez, Gobernador electo de Tabasco- demostrar la compra de votos es imposible. ¿Cómo probar que fueron comprados uno, 10 mil, 5 millones o 50 millones de votos? La propia imprecisión de las pruebas del Movimiento Progresista demuestra la dificultad de hacerlo. Quizá por eso la ley no considera la compra de votos como causal de nulidad de la elección.

¿Por qué tenemos un sistema en el que las acusaciones de gasto indebido de campaña o aportaciones ilegales se ventilan después de la declaración del Presidente electo?

Así ocurre en muchos países democráticos. En Francia, por ejemplo, las acusaciones contra Nicolas Sarkozy por presuntamente haber recibido en la campaña de 2007 aportaciones ilegales de Liliane Bettencourt, la heredera de L'Oréal y la mujer más rica de Francia, apenas están siendo investigadas. No hubo tiempo antes de que tomara protesta como Presidente y la inmunidad de la que goza el Presidente de Francia impidió que lo fuera cuando estuvo en el Elíseo. Por eso las investigaciones formales han empezado en este 2012, cuando ya ha concluido el mandato de Sarkozy.

¿No se usaron las tarjetas de Monex y de Soriana para comprar votos?

No he visto hasta el momento pruebas de ello, aunque se advierte una triangulación de recursos entre el PRI y empresas fantasma en el caso de Monex (que podría deberse a otras razones). Me parecería, de hecho, bastante ingenuo que el PRI, o cualquier otro partido, utilizara tarjetas electrónicas -que dejan rastro- para la compra de votos. La mayor parte de la compra de sufragios debe haberse llevado a cabo la vieja usanza, con efectivo o con productos como láminas y costales de cemento que no dejan huella electrónica.

¿Por qué se valida una elección en la que, al parecer, hay compra de voto?

En primer lugar, porque lo dice la ley, que determina que la compra de voto no es causal de nulidad de una elección presidencial. Pero la razón de fondo es que es imposible determinar cuántos votos fueron comprados y por qué partidos.

¿Habría que cambiar la ley para que la compra de votos fuera causal de nulidad?

Subsistiría el problema de demostrar la compra. El problema de fondo de las pruebas aportadas por el Movimiento Progresista es que no comprueban realmente la adquisición de votos. Por otra parte, si se establece la compra como causal de nulidad, se generaría una industria de acusaciones falsas en todas las elecciones. Siempre habría testigos dispuestos a declarar que recibieron dinero o beneficios a cambio de su voto. Ninguna elección tendría triunfador.

¿Hay que cruzarse de brazos ante la compra de votos?

No necesariamente. La ley establece que la compra de votos es un delito y contempla castigos pecuniarios o corporales. Por lo pronto la Fepade tendrá que considerar todas las acusaciones que se han presentado y enjuiciar a los presuntos responsables. Pero no podemos cerrar los ojos al hecho de que la mayor parte de las acusaciones no pueden comprobarse legalmente.

¿Hace la compra de votos a México un país menos democrático?

Definitivamente. Pero el problema no se resuelve con más legislación. De hecho, buena parte del problema electoral de nuestro País surge de un exceso de leyes. En México tenemos una democracia sin demócratas. No importa cuántas leyes existan si los políticos no las respetan pese a haberlas creado.

Sergio Sarmiento
www.sergiosarmiento.com
 
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El problema de la compra de votos, de voluntades, ya sea con dinero en el momento o con promesas vanas, se acabará cuando los partidos ya no tengan financiamiento público. Que sean los militantes y simpatizantes de los partidos quienes los mantengan. Obviamente que se mantenga la legislación respecto a la fiscalización, y que no haya aportaciones de personas morales (empresas) y que sólo puedan aportar personas físicas mayores de edad, hasta un límite de $100,000 pesos por persona por año, y que sea deducible de impuestos. Los partidos estarían obligados a entregar un recibo a todos los que aporten, con nombre completo, dirección y RFC, para fiscalizar todo el dinero que reciban. De esa manera, les aseguro que se acaba la compra de votos, se acaba el dinero sucio, del crimen o del Erario, en las campañas. ¿Legislarían algo así los partidos, la partidocracia, en el Congreso?
 

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