lunes, junio 04, 2012
El PRI verdadero o PRD
Al tratar de evitar que llegue a la Presidencia el PRI, los jóvenes universitarios #YoSoy132 están abriendo camino al viejo PRI, el que no se atreve a decir su nombre, el anterior a 1982, que por eso mismo no conocieron, y es el tumor que mató al PRD. Allí están todos los maquinadores de fraudes en la era pre-IFE: Arturo Núñez (hoy candidato del PRD a gobernar Tabasco), Manuel Camacho, los Cota de Baja California Sur, Ricardo Monreal, López Obrador, Muñoz Ledo… y añádale.
Poner en manos de los vecinos la casilla electoral fue, en la gran reforma de 1996, un freno a los nuevos Manuel Bartlett que, como secretario de Gobernación, declaró el triunfo de Carlos Salinas de Gortari por encima de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988. No había IFE: el PRI elegía las autoridades de casilla, ponía sus observadores, negaba el ingreso a la casilla a los representantes de partidos, contaba los votos a solas y, claro, ganaba la elección.
Quien ahora se abraza con López en sus mítines, es el mismo Bartlett oscuro, siniestro y hábil autor de la "caída del sistema" en 1988. ¿Por qué ese dinosaurio no afecta la imagen de López ante jóvenes? Porque han pasado 24 años. Los #YoSoy132 no habían nacido. Y desde que tienen uso de razón han visto otro PRI: al Presidente Zedillo admitiendo la derrota del PRI ante Fox: ejemplar. Inimaginable antes, inimaginable en López 2018.
Mentiría si dijera que no conozco a Manuel Bartlett, pues un tiempo compartimos al mismo psicoanalista, uno que cometía el error (grave en técnica) de no espaciar a sus clientes (o pacientes) para que no se encontraran en la sala de espera. Más grave si uno era un ex secretario de Gobernación, acusado de fraude electoral, y el otro, yo, un periodista de La Jornada.
Yo iba a análisis porque no podía más: se me había muerto el hombre con quien había vivido doce años y luego el hombre que sacudió esa relación como huracán y dejó huella del pegamento. A ninguno pude acompañar en sus últimos días. ¿Y Bartlett? No creo que haya ido por el remordimiento del fraude contra Cuauhtémoc.
Bartlett podría recomendar nuestro común psicoanalista a López Obrador, que ya da signos de severa ruptura con la realidad: lleva desde el 2006 gritando que ninguna casa encuestadora es de confiar porque todas están compradas por la mafia en el poder (organización tan hermética y misteriosa como los judíos que gobiernan al mundo entero). Pero bastó que Reforma, ¡Reforma!, sacara una encuesta que lo pone sólo cuatro puntos abajo de Peña Nieto para que aparezca con ese diario en la mano y gran sonrisa de satisfacción: ¿Esa no fue pagada por quienes pretenden arrebatarle su último rayito de esperanza al pueblo?
Otro síntoma grave es que López Obrador no se entera nunca de nada: ni de las extorsiones a empresarios por su secretario particular, Bejarano; ni de los viajes cada tres semanas a Las Vegas de su secretario de Finanzas, Ponce, ni vio nunca el auto de éste, de millón y medio. Menciona que sigue preso como si fuera mérito suyo y no de la PGR que lo encontró escondido en territorio del PRD, Tepoztlán, y en casa de perredistas. Tampoco sabe que a su nombre se piden 6 millones de dólares a empresarios (ya no tan malos).
Lo que sé de Bartlett es de primera mano: a Cárdenas no se le abrieron espacios en tv. No lo permitió el mismo Bartlett que hoy va del brazo con López, el Bartlett secretario de Gobernación al que en 1988 "se le cayó el sistema" de computación, y cuando lo hubieron repuesto, oh sorpresa, ¿qué creen? ¡Gana Salinas de Gortari!
Ese PRI ya no existe. La reforma electoral de 1996 puso las casillas en manos de vecinos elegidos al azar. Se admite a todos los observadores, incluidos extranjeros. El IFE reparte a todos los candidatos, de forma proporcional, los tiempos en radio y tv. Nadie ha denunciado "cerco informativo" alguno ante el Tribunal Electoral. Nada: es frase pegalona de campaña. Y los jóvenes universitarios caen ahora en esas trampitas con más facilidad que antes. Nada es nuevo en todo cuanto menciona López: viene desde 2006, cuando supo que había perdido y lo ocultó.
Los datos de la elección de 2006 nos dieron a muchos una sorpresa: quien tuvo más tiempo en medios fue López Obrador.
El PRI verdadero se llama PRD.
QUADRI. Todo voto por Quadri es un remache al partido del Elba Esther. No se lo des.
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Lo he venido diciendo desde hace mucho, AMLO representa a lo peor del PRI, el PRIismo populista, autoritario, mercantilista, de la docena trágina, el PRI setentero de Echeverría y López Portillo. Lean/vean sus discursos, siempre dice que todo empezó hace 29 años, en 1983. Que hasta esa fecha todo estaba bien. No lo oculta. Sus propuestas de subsidios a servicios, de más paraestatales, más intervención del Estado en la economía, es lo que tuvimos entre 1970 y 1982 y que nos llevó a la ruina. Deudas que aún no terminamos de pagar.