miércoles, septiembre 27, 2006
México necio
"... A veces les tenemos miedo a las palabras. Mi bisabuela, mamá Gracia, entendía que la palabra "parto" no era para decirse en presencia de doncellas, y cuando rezaba el rosario decía: "Virgen purísima antes del éste, durante el éste y después del éste". Mis pudibundas tías señoritas jamás usaban el común vocablo "huevos": decían "blanquillos". En vez de chorizo -término que les parecía vulgarote- pedían en la tienda "uno tras otro", y "picante" en vez de chile. Ahora cuando se habla de los sucesos de Oaxaca se alude al México "bronco" o, con mayor solemnidad, al México "profundo". Yo digo que en ese caso deberíamos referirnos más bien al México necio.
Porque hay un México bárbaro que lo mismo se manifiesta en las violencias de la APPO que en los plantones porrodistas de la Ciudad de México, o en las macheterías de Atenco. Ese México vive de espaldas a la modernidad. (Los mal llamados maestros de Oaxaca cantaron "La Internacional", hágame usted el refabrón cavor. Más actualidad tienen "La Varsoviana" y la "Mamá Carlota"). Es el México del salvajismo disfrazado de reivindicación social; es el México que no se pone a trabajar, que todo lo espera del Gobierno, el Caudillo o la casualidad; es el México de quienes consideran que la ley es zarandaja inútil, y que están convencidos de que con el uso de la fuerza todo se puede conseguir. Es el México de la corrupción; el México de los panchos, los piratas, los panteras y todos los demás pes que medran, sobre todo en el DF, al amparo de la complicidad oficial. Llamemos a las cosas por su nombre. No es "bronco" ese México de la violencia y la ilegalidad: simplemente es vandálico. Y no es "profundo": es simplemente estúpido... "
Armando Fuentes Aguirre, Catón, El Norte