AMLO, votos por dinero
Una clara violación a la ley electoral, en cadena nacional, cometió López Obrador el 6 de junio, en su mensaje a la nación. Pidió votos y a cambio ofreció aumento hasta de 1,800 pesos a quienes ganan menos de 9 mil pesos mensuales. También daría, si gana, complementos en efectivo y programas sociales en dinero para ti. El Código Penal Federal, artículo 403, dice que se impondrá multa de 10 a cien días y prisión de seis meses a tres años a quien: VI. Solicite votos por paga, dádiva, promesa de dinero u otra recompensa durante las campañas electorales o la jornada electoral. Y lo vimos y oímos en cadena nacional.
No tiene pruebas, dice López
Después de 14 días de estallar la bomba del cuñado incómodo de Felipe Calderón, ayer López Obrador confesó que nunca tuvo pruebas de la acusación que hizo. En el noticiero de Carlos Loret de Mola aceptó que fue un error haber enviado a Calderón cajas vacías que se suponían llenas de pruebas. Pero López no se arrepiente de su maniobra, al contrario, se justifica: Es, dice la forma de hacer política. Y remató: yo no estoy acusando corrupción a Felipe Calderón. ¡Qué tal si lo acusara!
¿Y el montaje?
Minutos después del tiroteo a la camioneta de Carlos Ahumada, el jefe de la SSP, Joel Ortega, dijo que no descartaba un montaje. Ayer, tras dos semanas de intensa investigación, el procurador Bernardo Bátiz anunció la conclusión: no hay conclusión. Y en todo el galimatías que informó, no se atrevió a hablar de montaje. Bátiz descalificó lo declarado por víctimas y testigos, esto no fue así, repetía a cada párrafo, pero no dio la versión de sus expertos. ¿Fue montaje?, preguntaron diaristas, y Bátiz les echó la pelota: Ya les informamos, ustedes decidan qué fue. Y anunció que habrá más investigación, y más conclusiones.
GDF: periodistas no
Después de que Crónica, publicó un reportaje de Alejandro Cedillo, sobre los horrores de la prisión de Santa Martha, el GDF emitió en febrero pasado una circular para que se niegue al periodista la visita familiar. Como familiar entró Cedillo al penal, porque como reportero no lo dejarían ni acercarse a la puerta, lo que no ocurría cuando René Bejarano daba conferencias de prensa en su celda. El reportero publicó ayer otro reportaje de la prisión, porque los reclusos claman por que se sepa el infierno en que viven. Sólo así, esperan los reos, habrá esperanza de que alguien limpie las prisiones de toda la corrupción que hay en cada rincón y que las autoridades solapan porque les deja buenas ganancias. ¿Y en el nivel más alto del GDF?, pues prohíben el trabajo de los periodistas.
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