jueves, junio 08, 2006
Por el bien de nadie... para leer y distribuir
Contesté ese correo advirtiendo, entre otras cosas, que la palabra ignorante al referirme al señor López Obrador era descriptiva más que despectiva. Me temo que mis comentarios de hoy, que como los anteriores no son hipotéticos puesto que se basan en un análisis detallado de las declaraciones y escritos en materia económica de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), volverán a irritar a este lector, quien por el texto de su correo es un admirador del redentor tabasqueño, ya que el spot de televisión del martes de la semana pasada fue otra muestra del nivel de ignorancia económica (de nuevo un calificativo descriptivo) del candidato del PRD a la Presidencia de la República.
En mensaje transmitido por cadena nacional el martes 30 de mayo, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos repitió su estrategia en materia económica para que las personas que ganan menos de 9 mil pesos mensuales mejoren su calidad de vida. Con cálculos muy alegres hizo creer que ellos verían un aumento de hasta un 20 por ciento en su poder de compra. Él señaló que más ingreso redunda en mayor consumo, mayor producción y mayor generación de empleos. En palabras de AMLO, "si crece el ingreso de tu familia, México crece. (...) Mi propuesta significa que desde el inicio de mi Gobierno mejores tu ingreso familiar en un 20 por ciento y aumentes tu poder de compra".
Su coordinador económico, Rogelio Ramírez de la O, definió en conferencia de prensa algunos puntos de ese Programa de Apoyo al Ingreso Familiar (PAIF), que incluye la reducción de precios de energéticos, apoyos para adultos mayores del País y distribución gratuita de útiles escolares para niños de primaria. Estas medidas, por cierto, son las mismas que aparecen en sus 50 compromisos desde antes del inicio formal de su campaña política y que ha festinado en múltiples ocasiones, pero que ahora presenta con una envoltura distinta, el PAIF.
El costo fiscal de este programa, según el asesor económico de AMLO, es de 80 mil millones de pesos y para financiarlo pretenden reducir en igual monto el gasto burocrático. Esta aclaración de su asesor muestra que es una tontería la afirmación de que ese supuesto aumento del ingreso redundaría en "mayor consumo, mayor producción y mayor generación de empleos".
En el mejor de los casos, suponiendo que resultase increíblemente eficaz la gestión de AMLO en lograr de manera inmediata una operación más eficiente del aparato gubernamental y de las empresas estatales, el PAIF sería una simple redistribución del gasto, que en vez de hacerlo la burocracia o Pemex y CFE, lo harían los individuos que se beneficien de esas medidas. La demanda total no se modifica y, por consiguiente, tampoco existe un impulso a la actividad productiva, aunque es posible que cambie su composición. No habría, por tanto, ni más consumo, ni más producción, ni más empleos.
Un segundo problema con el planteamiento de AMLO es que tiene la peregrina idea que la base del crecimiento es un mayor consumo. Está equivocado. El crecimiento económico de largo plazo depende del nivel de ahorro e inversión privada de un país, así como de la eficiencia con la que utiliza sus recursos productivos. Un estímulo del consumo aumenta el uso de la planta productiva instalada, pero si no hay una respuesta paralela de la inversión, acabaría muy pronto por traducirse en presiones inflacionarias, lo que siempre deteriora el poder de compra de los más necesitados.
AMLO no logra entender que una política orientada al crecimiento del ingreso y el empleo en el largo plazo no se basa en el estímulo del consumo que caracteriza a sus medidas, sino que requiere aumentar el ahorro y atraer más inversión productiva, única forma para que la economía crezca a ritmos acelerados. Nada en las propuestas de AMLO se orienta en esa dirección. Por el contrario, su animadversión contra la economía de mercado y la inversión privada, así como su obsesión por la intervención gubernamental, terminarían por deteriorar aún más la precaria situación en la que viven muchos mexicanos.
Esto me lleva a una reflexión adicional sobre las medidas que propone AMLO, que en la práctica no beneficiarían, de veras, a los pobres del País, como quiere hacernos creer en su slogan de campaña. Los pobres, los que viven en extrema miseria, como bien lo sabe AMLO, no tienen automóvil, y en muchas ocasiones ni acceso a la red eléctrica del País. La disminución del precio de la gasolina y de la electricidad apela, en realidad, a otra clientela electoral. Por otro lado, las transferencias para los adultos mayores, al ser universales y no centrarse en los que viven en extrema miseria sin acceso a otro tipo de pensión, implica una distracción de recursos que tendrían un mucho mejor uso si se destinan a atender necesidades más apremiantes de los indigentes en el País.
En síntesis, la demagogia populista de AMLO a la hora de traducirla en medidas económicas tendría, sin duda, repercusiones muy negativas sobre el desempeño de nuestra economía y, a la postre, sobre el bienestar de los más necesitados. Muy pronto todos nos daríamos cuenta de lo que su ignorancia puede costarnos. Su victoria, si se da, sería por el bien de nadie.
Salvador Kalifa es doctor en economía y consultor económico y financiero.
Su e-mail es salvadorkalifa@prodigy.net.mx
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La verdad hay muy poco que agregar a la explicacion de Salvador Kalifa. AMLO es un ignorante en cuestion de finanzas.
RAZONA TU VOTO!!!