sábado, noviembre 11, 2006
Fruto de la libertad
Grupos violentos han aparecido, como en los tiempos de Luis Echeverría, y ensombrecen la vida nacional. Hay mucha diferencia, sin embargo, entre esos años y éstos. Los mexicanos hemos escogido el camino de la democracia; no existe ya aquel autoritarismo presidencialista que incurría en excesos e ilegalidades y estorbaba la libre manifestación de las ideas y la expresión política de las ideologías. Si ayer no se justificaba el radicalismo de aquellos grupos armados que usaban el secuestro y el asesinato como instrumentos de lucha, ahora menos puede entenderse y condonarse esa llamada "violencia revolucionaria". No hay condiciones, ni objetivas ni subjetivas, para una revolución como la que pretenden hacer esos extremistas. Su acciones son terrorismo puro; buscan sembrar el miedo y la zozobra como camino para imponer su predominio.
No están dispuestos a negociar, puesto que eso equivaldría a dar reconocimiento a las instituciones que llaman "de la burguesía". La APPO está peligrosamente cerca de esos grupos, el PRD está peligrosamente cerca de la APPO, y algunos intelectuales, comentadores, y hasta jerarcas de la Iglesia están peligrosamente cerca de la APPO. No es posible en nuestro tiempo hacer la defensa de los métodos violentos como herramienta del cambio político. Quien justifique esos procedimientos está dando la espalda a la realidad y regresando a épocas pasadas. Eso hace daño a México. La práctica de la democracia corresponde a una ética social sin la cual la sociedad corre grave riesgo. Frente a esos grupos violentos, y de cara a un Estado que ha dado señas de debilidad ante ellos, los mexicanos debemos mantenernos tercamente aferrados a la democracia, que es uno de los mejores frutos de la libertad...
Armando Fuentes Aguirre, Catón, El Norte, 10 de noviembre 2006
afacaton@prodigy.net.mx
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