viernes, septiembre 29, 2006

 

Izquierda Tiránica

A sabiendas de que la política es más compleja, comenzamos a ver los dos modelos de la izquierda pululando en la política mexicana: la izquierda tiránica callejera y la izquierda democrática institucional algo liberal. La derecha también viene en sus dos versiones, la derecha tiránica militar y la derecha democrática institucional también algo liberal.

Cuando aparece una izquierda tiránica callejera imponiéndose con sus multitudes, entonces provoca la aparición en la escena de la derecha tiránica militar nada liberal. Por ejemplo, la República Española comenzó a ser dominada en las calles por los comunistas y socialistas, apagando las voces racionales de la izquierda democrática institucional. Ante la amenaza de una izquierda tiránica callejera, entonces se hizo presente la derecha tiránica militar encabezada por Franco con todo su salvajismo.

Lo mismo pasó en Alemania entre 1920 y 1930, cuando los sindicatos comunistas y socialistas empezaron a perfilarse en marchas callejeras. Entonces apareció en Alemania la derecha tiránica de Hitler nada liberal, imponiendo en las calles un ejército paralelo formado por las famosas camisas cafés, golpeando y matando a comunistas y socialistas callejeros.

Algo similar también sucedió en Italia, a principios de 1920; la izquierda tiránica callejera empezó a pretender dominar las calles, a los sindicatos, a las empresas y a las instituciones, y eso provocó que la derecha tiránica militar nada liberal se despertara y en voz de Mussolini armara la gran marcha fascista apoderándose de toda Italia.

La izquierda tiránica callejera es la que defiende a Fidel Castro y también vemos el rostro de esa izquierda tiránica en el gobierno de Hugo Chávez. Los líderes que escogen la vereda de una democracia callejera tienen que volverse absolutamente tiránicos, pues se les despierta peligrosa derecha tiránica. Recordemos la tragedia del 2 de octubre del 68.

Allende, desde mi punto de vista, empezó como un gobierno de izquierda democrática institucional. Pero los comunistas y socialistas extremistas impusieron un sistema centralista en toda la línea. Las multitudes "populares" empezaron en 1973 a tomar las calles y empresas por asalto y a confiscar inventarios. Ante la guerra civil inminente brincó la derecha tiránica militar con Pinochet y se acabaron las libertades.

Saco todo esto porque temo que la gente convocada por Andrés Manuel está dispuesta a volverse una multitud desbordada que apoya a un líder que se ha perfilado hacia una izquierda tiránica callejera y que, a la hora de la hora, las ganas del pillaje provoquen ataques multitudinarios.

Cuando su líder infunde odios, rencores y sentimientos de agravio, una multitud se desborda irracional y da pie a que los muchachos más agresivos se conviertan en vándalos y ataquen a las fuerzas del orden, comenzando la batalla campal que todos hemos evitado.

Este desorden es lo que despertaría las fuerzas de la extrema derecha tiránica proclive a la violencia, pues estas fuerzas yacen contenidas en todas las sociedades. Ante el desorden de las multitudes, estas fuerzas se despiertan y tratan de apagar la violencia con mayor violencia.

Felicito a las fuerzas de la izquierda democrática institucional y formal del PRD que todavía no se han rendido a las multitudes de Andrés Manuel. Pero si Andrés Manuel arrasa en el ala izquierda, pienso que puede radicalizar a la parte terrible de la derecha. Segunda llamada, segunda.

Enrique Canales, El Norte 
enriquecss@gmail.com

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