viernes, julio 07, 2006

 

Oportunidad perdida... opinion de Caton

Luis Alberto Aguirre, Rector de la prestigiosísima Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, suele narrar un hecho que aconteció en la UAAAN. Hubo elección ahí de jefe de un departamento. Más de mil electores acudieron a las urnas, y uno de los candidatos resultó ganador por diferencia de tres votos. Alguien le dijo que su triunfo había sido muy apretado. Y respondió con sabiduría el vencedor: "Un voto es el gane. Los demás ya son vanidad". En efecto, un voto -cualquier voto, el tuyo, el mío- es importante, pues en una elección el voto es la persona, y si se anula el voto la persona también es anulada.
 
Supe de otra elección, ésta de presidente de la sociedad de alumnos de una preparatoria. Uno de los candidatos perdió por un solo voto. Sus partidarios lo incitaban a impugnar el resultado del proceso. El muchacho se negó. "Perdimos por un voto -dijo-, pero ese voto puede ser el de cualquiera de nuestros compañeros. Equivale entonces a todos los votos". Y así diciendo fue a reconocer el triunfo de su adversario y a levantarle la mano enmedio de la ovación de los estudiantes.
 
Desde luego no era de esperarse conducta igual en López Obrador. Con su cerrada sinrazón nos está dando la razón a quienes hemos dicho que es un peligro para México. Perdió la oportunidad de pasar a la historia como un buen mexicano, de fortalecer la democracia en México, de dar una base de prestigio a su partido para futuras elecciones. A cambio se presenta como un agitador. La gente lo considera ya un mal perdedor incapaz de reconocer la victoria de quien en buena lid lo derrotó.
 
AMLO culpa ahora de su vencimiento al árbitro en vez de reconocer los muchos errores que por soberbia cometió. En su obsesión de poder quiere incendiar a México; pretende ganar en la calle lo que no pudo ganar en las urnas. Pone en jaque a la Nación; injustamente nos quita la paz y la tranquilidad. Con torpe empecinamiento desafía otra vez a la ley y a las instituciones. Cuando anunció que apelará al Tribunal Federal Electoral -a cuyos integrantes ya ha descalificado-, y una reportera le preguntó si reconocerá la decisión del máximo órgano, contestó López Obrador: "Ya veremos; no nos adelantemos".
 
Al actuar como lo hace está dañando gravemente a la Nación. Pudo dar lección de dignidad y presentar a México ante el mundo como ejemplo de país democrático, pero ha escogido el triste papel del provocador que pone su interés por encima del bien de sus conciudadanos. Es cierto: obtuvo muchos votos. Pero Felipe Calderón obtuvo más. Si AMLO pide que le respeten sus votos debe respetar los votos que obtuvo quien lo derrotó, y que al final de cuentas fueron más. No hablamos de un voto de diferencia, sino de miles.
 
Use López Obrador los recursos que la ley le concede para impugnar supuestas irregularidades, pero no pretenda violentar las decisiones de la autoridad con falsas "asambleas informativas" que son en verdad actos de presión. Desquiciará a la Ciudad de México con sus manifestaciones, pondrá zozobra en el País con daño para su economía y su estabilidad, pero con eso no logrará otra cosa que demostrar que le falta la razón. Está actuando como un mal mexicano. Ahora esgrime una nueva consigna: "¡Resolución o revolución!". ¿Revolución en México, y en estos tiempos? Por la fuerza quiere López Obrador apoderarse del País, arrebatar por la mala lo que por la buena no logró. En recta conciencia nadie puede ahora pensar que México estaría bien en manos de un hombre así. Sería una tragedia para la Nación que las instituciones y la ley cedieran ante la violenta ambición de poder de López Obrador. Lo dicho: es mejor tenerlo seis meses -máximo- en la calle que seis años -mínimo- en la Presidencia... FIN.

Armando Fuentes Aguirre, Caton, El Norte 
afacaton@prodigy.net.mx

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http://www.flickr.com/photos/leelooshka/184065843/

no lo puedo evitar...
 
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