domingo, diciembre 11, 2005
AMLO EN CARNE Y HUESO
El sábado 9 de octubre DEL 2004 tuve la oportunidad de asistir al Foro de Política Económica organizado por la Sociedad de Alumnos de la Licenciatura en Economía del ITESM. En dicho foro por fin pude conocer en persona a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pude escuchar un discurso suyo completo, hacerle preguntas y escuchar sus respuestas sin que ningún medio de comunicación sirviera como intermediario. Reconozco que todo lo que había escrito y comentado con anterioridad sobre AMLO estaba basado principalmente en lo que escuchaba o leía de terceras personas en los medios de comunicación electrónicos o escritos. Aunque siempre he tratado de quitar la paja que los periodistas y reporteros siempre agregan a sus escritos buscando los datos, los hechos, las citas exactas, el contexto, nunca va a ser lo mismo escuchar directamente a una persona que recibir la información de terceros.
Para muestra un botón, el domingo busqué en el periódico El Norte/Reforma (para mi juicio uno de los más objetivos y balanceados medios impresos que hay en México) todo lo referente al citado evento así como lo sucedido con AMLO y la verdad dejó mucho que desear. Lo poco que se reportó si es verídico, pero mucho de lo que no se comentó también era muy importante y podía cambiar la impresión sobre el discurso y lo allí sucedido. Apareció en primera plana, mas no como la nota principal, una pequeña reseña titulada “Desata López Obrador risas en el Tec” donde sólo comentan que cuando AMLO tocó el tema del “…hincapié sobre su política de combate a la corrupción, …arrancó ayer las risas entre los asistentes al Foro de Política Económica, organizado por estudiantes del Tec de Monterrey.” Comenta la nota también que hubo algunas voces mencionando a René Bejarano, quien fue captado en video recibiendo fajos de billetes de Carlos Ahumada. Sin embargo, no comentaron en ningún lado que en varias ocasiones AMLO también “arrancó” aplausos del auditorio, sobre todo a su llegada y al final, en su despedida. Hubo otra nota sobre el tema, pero en la sección Local de Monterrey, donde transcriben algunos comentarios que hizo el economista y ex gobernador de Nuevo León, Sócrates Rizzo García, donde cuestiona a AMLO para que dé cifras reales en sus discursos, citando textualmente: "Hay que tener cuidado con esas cifras que creo que López Obrador no las manejó adecuadamente. No diría que están manipuladas, lo que yo creo es que deben manejarse, sobre todo en un foro de economistas, las cifras deben manejarse con mucha seriedad".
Aunque como mencioné líneas arriba, siempre he tratado de ser muy cauteloso cuando escucho o leo alguna noticia para quitar la paja y quedarme con los hechos lo más posible, sin lugar a dudas de no haber asistido al evento me habría quedado con la impresión de que los asistentes rechazaron a AMLO por sus mentiras. Esta experiencia me sirve para reforzar mi comportamiento cauteloso y, hasta cierto punto, escéptico cuando escuche o lea una noticia en los medios. Hoy entiendo bastante más al presidente Fox cuando ha criticado a los medios sobre cómo se enfocan en lo negativo y que sacan muchas declaraciones de contexto tan sólo para dar la nota. Comprendo ahora la nueva estrategia de comunicación social de la Presidencia llamada “Las buenas noticias también son noticia”, en la cual se enfocan a recopilar notas periodísticas y eventos que por lo general aparecen en páginas internas de los diarios, sumamente resumidas y aparentemente sin mucha trascendencia pero que son buenas noticias.
Otro ejemplo, al final de la conferencia se armó una pequeña trifulca entre aproximadamente 10 o 12 reporteros y 2 estudiantes del ITESM que resguardaban una puerta por donde salió AMLO. Ignoro a ciencia cierta si Andrés Manuel otorgó o no alguna conferencia de prensa al final del evento, hasta donde tengo entendido no lo hizo, y ese era el acuerdo con los estudiantes organizadores. El poder real del “cuarto poder”, de la prensa, de los medios de comunicación, se hizo evidente en ese instante. De manera abusiva y prepotente los “periodistas” acosaron a los dos pobres estudiantes que no eran otra cosa que colaboradores de bajo nivel en el evento (seguramente estudiantes de primeros semestres, unos adolescentes) cuando éstos cerraron las puertas empujando en el proceso a los reporteros que querían ingresar a toda costa a un lugar al que no tenían derecho. Les echaban las cámaras, las luces, los micrófonos, las grabadoras encima, acusándolos de porros, de que los habían golpeado (si claro, dos estudiantes contra 10 o 12 adultos), de que tenían todo grabado. Fue tal la injusticia que presencié que no pude evitar meterme a apoyar a los jóvenes, en un segundo tenía a todas las cámaras y reflectores sobre mí, haciéndome las mismas preguntas de manera intempestiva, irreverente, prepotente, sin tiempo a contestar o pensar la respuesta. Sólo acerté a acusarlos de prepotentes, de que fueran responsables de sus actos y dichos, pues ellos eran el cuarto poder. Me replicaron que habían sido golpeados, a lo cual les dije que si acaso era la primera vez, el primer evento, donde recibían un trato semejante. Contestaron que no, y ahí les dije que meditaron sobre ello, ¿acaso no eran ellos los causantes del trato que recibían precisamente por su manera de pedir las cosas, por su propio comportamiento? Entre empujones y luces sólo acerté a reconocer a periodistas de Televisa y del grupo ACIR, no pude reconocer de dónde venían los demás. Otra persona empezó a opinar lo que me dio la oportunidad de terminar con mi “entrevista de banqueta” de la misma forma tempestuosa como empezó. Ahora entiendo mejor a todos aquellas figuras públicas que con frecuencia se hartan de los desplantes de los medios con escandalosas consecuencias.
Pero volviendo al tema de AMLO, quiero platicarles de mi experiencia, de lo que capté, de cómo lo vi, de lo que escuché. Obviamente, estimado(a) lector(a), usted tendrá que confiar en mi dicho, tendrá que quitar la paja, lo subjetivo, de mi escrito y tratar de buscar su propia verdad. Sin lugar a dudas Andrés Manuel es sumamente carismático, tiene una personalidad fuerte, convincente. Cuando habla lo hace con tal naturalidad y soltura que es difícil no creer lo que dice. Dice las cosas con tal determinación, con tal autoridad que te envuelve. Su plática no es cansada, mucho menos aburrida, sabe cuando hacer el comentario chusco, mordaz, que arranca la risa del auditorio, manteniendo la atención siempre en muy buen nivel. Es todo un político en la extensión completa de la palabra. No se inmutaba ni se daba por enterado de los gritos aislados que de vez en cuando sonaban en el salón del Centro Estudiantil del ITESM replicándole sobre lo que hablaba en ese momento, sobre Ponce, Bejarano, su populismo. Para una persona promedio, que no conozca sobre economía, política nacional, macroeconomía, políticas económicas de otros países, o cifras, cuando escuche a AMLO las posibilidades de que sea convencido son muy altas. Su mensaje fue muy general, poco específico, hubo pocas cifras, por no decir ninguna. Sabía que se encontraba en un ambiente poco normal, fuera del promedio, entre gente que si sabía de economía, que sabía de cifras, con estudios profesionales, por eso fue cauteloso. Preparó muy bien su discurso pensando en el tipo de audiencia que tendría, los temas que trataría, y sobre todo cómo y en que profundidad los manejaría.
Por lo anterior la mayor parte de las incongruencias o mentiras que encontré en su discurso ocurrieron hasta la sesión de preguntas y respuestas, donde ya no llevaba un texto escrito. Fueron 7 temas donde AMLO, para mí, se contradijo o mintió abiertamente. Obviamente el hilo de su discurso giró sobre el “modelo neoliberal” con el cual se ha manejado la política económica de México en los últimos 20 años. Mencionó al inicio de su presentación que muchos otros países habían crecido y disminuido la pobreza en esos mismos 20 años. Entre otros mencionó a España, Chile, Korea, China y la India. Para él esos eran países que ejemplificaban que si se podía crecer. Sin embargo, minutos y párrafos después, cuando hablaba de que la política económica en México se diseñaba desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y que las reformas estructurales (que sólo eran una moda) no se requerían, se contradijo pues precisamente esos países que él mencionó como ejemplos son países que han seguido también directrices de esos organismos internacionales y que han crecido y siguen creciendo porque han hecho reformas estructurales. Por ejemplo China, tiene un IVA a todos los productos y servicios, sin excepción, del 17% y una tasa de ISR muy baja, del orden del 11% e incluso, para algunas inversiones y sectores hay exenciones al ISR en los primeros años de operación de una empresa. También en China, supuestamente un país comunista, si se permite la inversión privada (incluida la extranjera) en petróleo y generación de energía. Este fue su primer yerro.
Se le cuestionó sobre si habría sido mejor tener una corrida bancaria, un colapso del sistema de pagos nacional, como ocurrió mas o menos en Argentina, al rescate bancario y que, en todo caso, no había sido un rescate a los ahorradores. Simplemente no contestó, se salió por la tangente, afirmando que el FOBAPROA había sido el fraude más grande que había tenido la nación y que él ya había escrito un libro sobre el tema. Nadie niega ya que mucha gente, políticos y banqueros principalmente, hicieron su agosto con el rescate bancario, la pregunta no era sobre si hubo o no fraudes o sobre si se deberían perseguir y castigar a los que los cometieron. La pregunta iba encaminada, como foro económico que era, sobre los problemas, la crisis que habría causado una hipotética “corrida” bancaria a nuestro sistema de pagos nacional. O no supo o no quiso contestar.
Su tercer tropezón fue cuando afirmó que los malos manejos económicos del gobierno entre 1970 y 1982 ya no afectaban de ninguna manera al presente, que eso había sido hace muchos años, que no era posible que siguieran teniendo efecto sobre nosotros al día de hoy. Primero hay que reconocerle que acepta y entiende que durante los sexenios de Echeverría y López Portillo tuvimos una pésima administración pública. Pero de plano es un ignorante o no le conviene aceptar (pues se cae su teoría de que el neoliberalismo es lo que nos tiene en el retraso actualmente) que lo ocurrido en esos años nos sigue afectando en estos días. Primero que nada, la deuda, hasta 1970 no teníamos y en esos dos sexenios empezaron las crisis, las devaluaciones las altas inflaciones que se han comido nuestro poder adquisitivo. Además, en 1980 los estados tuvieron un acuerdo con la federación para que todos los impuestos fueran administrados por el centro y devueltos a los estados en complejísimas e irracionales fórmulas, se convirtió al Estado en un dependiente de los ingresos petroleros, había que “administrar la abundancia”. Es por eso que hoy en día necesitamos una reforma fiscal, es por eso que PEMEX es ordeñada por el gobierno imposibilitándole su crecimiento. Y por último, en 1982 se nacionalizó la banca, el gobierno asumió una deuda igual o mayor que el FOBAPROA para comprar los bancos, acabó con la experiencia bancaria, y politizó a todo el sistema de pagos nacional. Esta es la causa raíz de la crisis de 1994-1995, misma que estamos pagando. Que irresponsable es al afirmar que lo ocurrido entre 1970 y 1982 no tiene efecto sobre nuestro presente. ¿Será porque en esos años él era un militante del PRI?
Su cuarto yerro tiene que ver precisamente con PEMEX. En un momento del discurso afirmó ufano que el 35% de los ingresos del gobierno venían de la paraestatal, que de esa manera se garantizaba que la misma estaba al servicio de todos los mexicanos, que sus beneficios llegaban a todos. Sin embargo, en otro punto del discurso se quejaba de que el gobierno sangraba las finanzas de PEMEX limitando la inversión y poniendo a la empresa al punto de la quiebra técnica. ¿Entonces, quién lo entiende? ¿Es bueno o no es bueno que el 35% (por cierto la cifra correcta es tan solo del 28%) de los ingresos del gobierno vengan de PEMEX? Se tiene que definir, urge una reforma fiscal para liberar a PEMEX o no.
También se le preguntó que cuál tipo de subsidio era más eficiente, el subsidio a la oferta o a la demanda y que explicara por qué. Una pregunta netamente económica. De nueva cuenta se salió por la tangente, simplemente comentó que los neoliberales, los tecnócratas siempre satanizaban a los subsidios, que los países del primer mundo tenían muy subsidiadas a sus economías, que era una falacia que los subsidios fueran malos. Nadie dice que no deban existir subsidios en una sociedad, en un mercado, la pregunta era simple, cuál subsidio es mejor y por qué, a la demanda o a la oferta. ¿No entiende AMLO la diferencia o no le conviene entenderla? Es delicado que alguien que aspira a la Presidencia de México no entienda esos conceptos.
Su sexto comentario controversial giró respecto al endeudamiento del DF. Afirmó que la administración de Cárdenas-Robles le había heredado una deuda de 28 mil millones de pesos y que, descontando la inflación, el crecimiento neto del GDF había sido tan sólo del 5% anual. Que eso estaba dentro de los estándares mundiales. Primero que nada, habría que revisar la cifra de los 28 mil millones, pues según datos que yo tenía había sido de 20 mil millones. Concediéndole la razón a AMLO respecto al monto inicial, lo que si es mentira es que los estándares mundiales estén referidos a un porcentaje dado. Una economía como China con crecimientos anuales del PIB del orden del 7 o 9%, pueden incrementar su endeudamiento neto en más o menos la misma proporción, siempre y cuando dicho incremento del PIB permita un incremento similar en los ingresos gubernamentales con los cuales se pueda pagar dicha deuda. O, en su defecto, que la deuda se utilice en activos que producirán ingresos adicionales para el gobierno o que generarán un incremento del PIB, redundando en más impuestos. Resumiendo, un 5% de crecimiento anual de la deuda no nos dice nada, no necesariamente esta dentro de los “estándares”. Habría que ver cuánto creció el PIB del DF en esos 4 años, pero sobre todo, cuánto crecieron los ingresos del GDF. Toda la economía nacional en esos 4 años estuvo estancada, el DF fue una de las ciudades con mayores índices de desempleo abierto, y los ingresos netos del DF no aumentaron con la misma rapidez con que lo hizo su deuda, en conclusión, el GDF si ha tenido un sobreendeudamiento. Que no trate de engañarnos.
Dejé para el final la mentira más grande que dijo AMLO este pasado sábado. Afirmó que el DF aportaba más de 400 mil millones de pesos al fisco federal y que tan sólo recibía de regreso 21 mil millones de pesos de participaciones federales. Negó categóricamente que el DF viviera subsidiado del resto del país. Sin embargo las cifras no cuadran. El DF recibe tan sólo en educación (la manzana de la discordia en el asunto a la reforma del artículo 122 de la Constitución) casi 30 mil millones de pesos. Que hoy en día eso sea administrado directamente por la SEP es otra historia. Decir verdades a medias no es otra cosa que mentiras completas. Además, se le olvida a AMLO que la razón de que el DF entregue muchos ingresos a la SHCP en materia de ISR e IVA es porque la mayoría de las grandes empresas tienen registrados a sus corporativos en el DF, por eso es ahí donde se reportan esos impuestos aunque hayan sido generados en otras entidades. También se le olvida a AMLO los subsidios que el Gobierno Federal entrega directamente a las universidades públicas en el DF, como la UAM, el Politécnico y la UNAM, que no son poca cosa. Como dije, para una persona que no conozca sobre economía, macroeconomía, historia reciente del país, cifras y datos, sin lugar a dudas será presa fácil de la “labia” de AMLO, por eso es importante que nos mantengamos informados, que leamos, que estudiemos. No tan sólo por AMLO, sino para estar preparados ante la sarta de mentiras que los políticos y los medios nos quieren hacer creer. Los políticos en promedio sólo dicen la verdad la mitad de las veces, y luego los medios tergiversan eso y recortan la otra mitad, ¿con qué nos quedamos? ¡Aguzados!
Por Dany Portales
Para muestra un botón, el domingo busqué en el periódico El Norte/Reforma (para mi juicio uno de los más objetivos y balanceados medios impresos que hay en México) todo lo referente al citado evento así como lo sucedido con AMLO y la verdad dejó mucho que desear. Lo poco que se reportó si es verídico, pero mucho de lo que no se comentó también era muy importante y podía cambiar la impresión sobre el discurso y lo allí sucedido. Apareció en primera plana, mas no como la nota principal, una pequeña reseña titulada “Desata López Obrador risas en el Tec” donde sólo comentan que cuando AMLO tocó el tema del “…hincapié sobre su política de combate a la corrupción, …arrancó ayer las risas entre los asistentes al Foro de Política Económica, organizado por estudiantes del Tec de Monterrey.” Comenta la nota también que hubo algunas voces mencionando a René Bejarano, quien fue captado en video recibiendo fajos de billetes de Carlos Ahumada. Sin embargo, no comentaron en ningún lado que en varias ocasiones AMLO también “arrancó” aplausos del auditorio, sobre todo a su llegada y al final, en su despedida. Hubo otra nota sobre el tema, pero en la sección Local de Monterrey, donde transcriben algunos comentarios que hizo el economista y ex gobernador de Nuevo León, Sócrates Rizzo García, donde cuestiona a AMLO para que dé cifras reales en sus discursos, citando textualmente: "Hay que tener cuidado con esas cifras que creo que López Obrador no las manejó adecuadamente. No diría que están manipuladas, lo que yo creo es que deben manejarse, sobre todo en un foro de economistas, las cifras deben manejarse con mucha seriedad".
Aunque como mencioné líneas arriba, siempre he tratado de ser muy cauteloso cuando escucho o leo alguna noticia para quitar la paja y quedarme con los hechos lo más posible, sin lugar a dudas de no haber asistido al evento me habría quedado con la impresión de que los asistentes rechazaron a AMLO por sus mentiras. Esta experiencia me sirve para reforzar mi comportamiento cauteloso y, hasta cierto punto, escéptico cuando escuche o lea una noticia en los medios. Hoy entiendo bastante más al presidente Fox cuando ha criticado a los medios sobre cómo se enfocan en lo negativo y que sacan muchas declaraciones de contexto tan sólo para dar la nota. Comprendo ahora la nueva estrategia de comunicación social de la Presidencia llamada “Las buenas noticias también son noticia”, en la cual se enfocan a recopilar notas periodísticas y eventos que por lo general aparecen en páginas internas de los diarios, sumamente resumidas y aparentemente sin mucha trascendencia pero que son buenas noticias.
Otro ejemplo, al final de la conferencia se armó una pequeña trifulca entre aproximadamente 10 o 12 reporteros y 2 estudiantes del ITESM que resguardaban una puerta por donde salió AMLO. Ignoro a ciencia cierta si Andrés Manuel otorgó o no alguna conferencia de prensa al final del evento, hasta donde tengo entendido no lo hizo, y ese era el acuerdo con los estudiantes organizadores. El poder real del “cuarto poder”, de la prensa, de los medios de comunicación, se hizo evidente en ese instante. De manera abusiva y prepotente los “periodistas” acosaron a los dos pobres estudiantes que no eran otra cosa que colaboradores de bajo nivel en el evento (seguramente estudiantes de primeros semestres, unos adolescentes) cuando éstos cerraron las puertas empujando en el proceso a los reporteros que querían ingresar a toda costa a un lugar al que no tenían derecho. Les echaban las cámaras, las luces, los micrófonos, las grabadoras encima, acusándolos de porros, de que los habían golpeado (si claro, dos estudiantes contra 10 o 12 adultos), de que tenían todo grabado. Fue tal la injusticia que presencié que no pude evitar meterme a apoyar a los jóvenes, en un segundo tenía a todas las cámaras y reflectores sobre mí, haciéndome las mismas preguntas de manera intempestiva, irreverente, prepotente, sin tiempo a contestar o pensar la respuesta. Sólo acerté a acusarlos de prepotentes, de que fueran responsables de sus actos y dichos, pues ellos eran el cuarto poder. Me replicaron que habían sido golpeados, a lo cual les dije que si acaso era la primera vez, el primer evento, donde recibían un trato semejante. Contestaron que no, y ahí les dije que meditaron sobre ello, ¿acaso no eran ellos los causantes del trato que recibían precisamente por su manera de pedir las cosas, por su propio comportamiento? Entre empujones y luces sólo acerté a reconocer a periodistas de Televisa y del grupo ACIR, no pude reconocer de dónde venían los demás. Otra persona empezó a opinar lo que me dio la oportunidad de terminar con mi “entrevista de banqueta” de la misma forma tempestuosa como empezó. Ahora entiendo mejor a todos aquellas figuras públicas que con frecuencia se hartan de los desplantes de los medios con escandalosas consecuencias.
Pero volviendo al tema de AMLO, quiero platicarles de mi experiencia, de lo que capté, de cómo lo vi, de lo que escuché. Obviamente, estimado(a) lector(a), usted tendrá que confiar en mi dicho, tendrá que quitar la paja, lo subjetivo, de mi escrito y tratar de buscar su propia verdad. Sin lugar a dudas Andrés Manuel es sumamente carismático, tiene una personalidad fuerte, convincente. Cuando habla lo hace con tal naturalidad y soltura que es difícil no creer lo que dice. Dice las cosas con tal determinación, con tal autoridad que te envuelve. Su plática no es cansada, mucho menos aburrida, sabe cuando hacer el comentario chusco, mordaz, que arranca la risa del auditorio, manteniendo la atención siempre en muy buen nivel. Es todo un político en la extensión completa de la palabra. No se inmutaba ni se daba por enterado de los gritos aislados que de vez en cuando sonaban en el salón del Centro Estudiantil del ITESM replicándole sobre lo que hablaba en ese momento, sobre Ponce, Bejarano, su populismo. Para una persona promedio, que no conozca sobre economía, política nacional, macroeconomía, políticas económicas de otros países, o cifras, cuando escuche a AMLO las posibilidades de que sea convencido son muy altas. Su mensaje fue muy general, poco específico, hubo pocas cifras, por no decir ninguna. Sabía que se encontraba en un ambiente poco normal, fuera del promedio, entre gente que si sabía de economía, que sabía de cifras, con estudios profesionales, por eso fue cauteloso. Preparó muy bien su discurso pensando en el tipo de audiencia que tendría, los temas que trataría, y sobre todo cómo y en que profundidad los manejaría.
Por lo anterior la mayor parte de las incongruencias o mentiras que encontré en su discurso ocurrieron hasta la sesión de preguntas y respuestas, donde ya no llevaba un texto escrito. Fueron 7 temas donde AMLO, para mí, se contradijo o mintió abiertamente. Obviamente el hilo de su discurso giró sobre el “modelo neoliberal” con el cual se ha manejado la política económica de México en los últimos 20 años. Mencionó al inicio de su presentación que muchos otros países habían crecido y disminuido la pobreza en esos mismos 20 años. Entre otros mencionó a España, Chile, Korea, China y la India. Para él esos eran países que ejemplificaban que si se podía crecer. Sin embargo, minutos y párrafos después, cuando hablaba de que la política económica en México se diseñaba desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y que las reformas estructurales (que sólo eran una moda) no se requerían, se contradijo pues precisamente esos países que él mencionó como ejemplos son países que han seguido también directrices de esos organismos internacionales y que han crecido y siguen creciendo porque han hecho reformas estructurales. Por ejemplo China, tiene un IVA a todos los productos y servicios, sin excepción, del 17% y una tasa de ISR muy baja, del orden del 11% e incluso, para algunas inversiones y sectores hay exenciones al ISR en los primeros años de operación de una empresa. También en China, supuestamente un país comunista, si se permite la inversión privada (incluida la extranjera) en petróleo y generación de energía. Este fue su primer yerro.
Se le cuestionó sobre si habría sido mejor tener una corrida bancaria, un colapso del sistema de pagos nacional, como ocurrió mas o menos en Argentina, al rescate bancario y que, en todo caso, no había sido un rescate a los ahorradores. Simplemente no contestó, se salió por la tangente, afirmando que el FOBAPROA había sido el fraude más grande que había tenido la nación y que él ya había escrito un libro sobre el tema. Nadie niega ya que mucha gente, políticos y banqueros principalmente, hicieron su agosto con el rescate bancario, la pregunta no era sobre si hubo o no fraudes o sobre si se deberían perseguir y castigar a los que los cometieron. La pregunta iba encaminada, como foro económico que era, sobre los problemas, la crisis que habría causado una hipotética “corrida” bancaria a nuestro sistema de pagos nacional. O no supo o no quiso contestar.
Su tercer tropezón fue cuando afirmó que los malos manejos económicos del gobierno entre 1970 y 1982 ya no afectaban de ninguna manera al presente, que eso había sido hace muchos años, que no era posible que siguieran teniendo efecto sobre nosotros al día de hoy. Primero hay que reconocerle que acepta y entiende que durante los sexenios de Echeverría y López Portillo tuvimos una pésima administración pública. Pero de plano es un ignorante o no le conviene aceptar (pues se cae su teoría de que el neoliberalismo es lo que nos tiene en el retraso actualmente) que lo ocurrido en esos años nos sigue afectando en estos días. Primero que nada, la deuda, hasta 1970 no teníamos y en esos dos sexenios empezaron las crisis, las devaluaciones las altas inflaciones que se han comido nuestro poder adquisitivo. Además, en 1980 los estados tuvieron un acuerdo con la federación para que todos los impuestos fueran administrados por el centro y devueltos a los estados en complejísimas e irracionales fórmulas, se convirtió al Estado en un dependiente de los ingresos petroleros, había que “administrar la abundancia”. Es por eso que hoy en día necesitamos una reforma fiscal, es por eso que PEMEX es ordeñada por el gobierno imposibilitándole su crecimiento. Y por último, en 1982 se nacionalizó la banca, el gobierno asumió una deuda igual o mayor que el FOBAPROA para comprar los bancos, acabó con la experiencia bancaria, y politizó a todo el sistema de pagos nacional. Esta es la causa raíz de la crisis de 1994-1995, misma que estamos pagando. Que irresponsable es al afirmar que lo ocurrido entre 1970 y 1982 no tiene efecto sobre nuestro presente. ¿Será porque en esos años él era un militante del PRI?
Su cuarto yerro tiene que ver precisamente con PEMEX. En un momento del discurso afirmó ufano que el 35% de los ingresos del gobierno venían de la paraestatal, que de esa manera se garantizaba que la misma estaba al servicio de todos los mexicanos, que sus beneficios llegaban a todos. Sin embargo, en otro punto del discurso se quejaba de que el gobierno sangraba las finanzas de PEMEX limitando la inversión y poniendo a la empresa al punto de la quiebra técnica. ¿Entonces, quién lo entiende? ¿Es bueno o no es bueno que el 35% (por cierto la cifra correcta es tan solo del 28%) de los ingresos del gobierno vengan de PEMEX? Se tiene que definir, urge una reforma fiscal para liberar a PEMEX o no.
También se le preguntó que cuál tipo de subsidio era más eficiente, el subsidio a la oferta o a la demanda y que explicara por qué. Una pregunta netamente económica. De nueva cuenta se salió por la tangente, simplemente comentó que los neoliberales, los tecnócratas siempre satanizaban a los subsidios, que los países del primer mundo tenían muy subsidiadas a sus economías, que era una falacia que los subsidios fueran malos. Nadie dice que no deban existir subsidios en una sociedad, en un mercado, la pregunta era simple, cuál subsidio es mejor y por qué, a la demanda o a la oferta. ¿No entiende AMLO la diferencia o no le conviene entenderla? Es delicado que alguien que aspira a la Presidencia de México no entienda esos conceptos.
Su sexto comentario controversial giró respecto al endeudamiento del DF. Afirmó que la administración de Cárdenas-Robles le había heredado una deuda de 28 mil millones de pesos y que, descontando la inflación, el crecimiento neto del GDF había sido tan sólo del 5% anual. Que eso estaba dentro de los estándares mundiales. Primero que nada, habría que revisar la cifra de los 28 mil millones, pues según datos que yo tenía había sido de 20 mil millones. Concediéndole la razón a AMLO respecto al monto inicial, lo que si es mentira es que los estándares mundiales estén referidos a un porcentaje dado. Una economía como China con crecimientos anuales del PIB del orden del 7 o 9%, pueden incrementar su endeudamiento neto en más o menos la misma proporción, siempre y cuando dicho incremento del PIB permita un incremento similar en los ingresos gubernamentales con los cuales se pueda pagar dicha deuda. O, en su defecto, que la deuda se utilice en activos que producirán ingresos adicionales para el gobierno o que generarán un incremento del PIB, redundando en más impuestos. Resumiendo, un 5% de crecimiento anual de la deuda no nos dice nada, no necesariamente esta dentro de los “estándares”. Habría que ver cuánto creció el PIB del DF en esos 4 años, pero sobre todo, cuánto crecieron los ingresos del GDF. Toda la economía nacional en esos 4 años estuvo estancada, el DF fue una de las ciudades con mayores índices de desempleo abierto, y los ingresos netos del DF no aumentaron con la misma rapidez con que lo hizo su deuda, en conclusión, el GDF si ha tenido un sobreendeudamiento. Que no trate de engañarnos.
Dejé para el final la mentira más grande que dijo AMLO este pasado sábado. Afirmó que el DF aportaba más de 400 mil millones de pesos al fisco federal y que tan sólo recibía de regreso 21 mil millones de pesos de participaciones federales. Negó categóricamente que el DF viviera subsidiado del resto del país. Sin embargo las cifras no cuadran. El DF recibe tan sólo en educación (la manzana de la discordia en el asunto a la reforma del artículo 122 de la Constitución) casi 30 mil millones de pesos. Que hoy en día eso sea administrado directamente por la SEP es otra historia. Decir verdades a medias no es otra cosa que mentiras completas. Además, se le olvida a AMLO que la razón de que el DF entregue muchos ingresos a la SHCP en materia de ISR e IVA es porque la mayoría de las grandes empresas tienen registrados a sus corporativos en el DF, por eso es ahí donde se reportan esos impuestos aunque hayan sido generados en otras entidades. También se le olvida a AMLO los subsidios que el Gobierno Federal entrega directamente a las universidades públicas en el DF, como la UAM, el Politécnico y la UNAM, que no son poca cosa. Como dije, para una persona que no conozca sobre economía, macroeconomía, historia reciente del país, cifras y datos, sin lugar a dudas será presa fácil de la “labia” de AMLO, por eso es importante que nos mantengamos informados, que leamos, que estudiemos. No tan sólo por AMLO, sino para estar preparados ante la sarta de mentiras que los políticos y los medios nos quieren hacer creer. Los políticos en promedio sólo dicen la verdad la mitad de las veces, y luego los medios tergiversan eso y recortan la otra mitad, ¿con qué nos quedamos? ¡Aguzados!
Por Dany Portales